La Microhistoria Del Profesor Milton Zambrano

LA MICROHISTORIA

Milton Zambrano Pérez
 
En el marco de la Tertulia Historia y Pensamiento (que se desarrolla por estos meses en la Sala Múltiple del Teatro Amira, bajo los auspicios del Área cultural del Banco de la República y de la Universidad del Atlántico) se produjo una importante confrontación de argumentos entre los contertulios que servirá ahora de tema en esta columna.
El puntoque no se debatió muy a fondo (más por razones de tiempo que por falta de interés o incapacidad de los participantes) fue el de la “historia micro” y su relación con la “historia macro”. Cabe decir que este es un debate de larga tradición entre los historiadores a nivel internacional que ya ha producido sustanciosas conclusiones alrededor de una forma de hacer historia que convencionalmente llamanmicrohistoria.
En realidad, la historia es una sola pues como decía Marc Bloch (Introducción a la Historia) lo que le preocupa al investigador histórico es analizar “la sociedad en el tiempo”. Pero por motivos de economía de esfuerzos, de recursos y de interés personal; por criterios teóricos, técnicos o metodológicos; por las facetas peculiares y diferenciables (aunque interrelacionadas)  delentramado social y porque a veces resulta pertinente e imprescindible fraccionar ese objeto de estudio con miras a profundizar mejor en sus diversos flancos, los historiadores se han visto forzados a elaborar la historia utilizando múltiples formas cuyo contenido depende de los objetos y las escalas (y hasta de las fuentes) asumidas para procesar las investigaciones.
Por lo anterior, hoy se escribecon propiedad bajo el paraguas de la historia económica, de la historia de las mentalidades o de los imaginarios colectivos, de la historia política o de la historia oral, por mencionar algunas de las expresiones contemporáneas de la historiografía ya establecidas entre quienes ejecutan tales actividades investigativas.
Este fenómeno relacionado con la generación del conocimiento histórico haocurrido en contravía de los deseos de algunos teóricos que vieron en su desenvolvimiento un peligro muy grande para la propia consolidación de la disciplina histórica, pues la existencia de supuestos o reales compartimientos estancos (según su criterio) lesiona la necesaria unidad que debe existir dentro de la historiografía (a este respecto véanse las interesantes críticas planteadas por PeterBurke en: La revolución historiográfica francesa: la escuela de Annales, 1929-1989; léanse, además, los debates de fondo contenidos en un libro que editó también Burke intitulado Formas de hacer historia).
A despecho de estas válidas prevenciones, lo que ha sucedido no da para rasgarse las vestiduras por una irreal  o existente crisis de la historia que produzca su extinción definitiva comoconsecuencia del fraccionamiento inevitable de su objeto general, la sociedad como conjunto.
Entre otras cosas, la historia en su evolución y consolidación sufrió más de una catástrofe y, a pesar de los pesimistas, la hora de su entierro no parece estar esperando en el horizonte (acerca de ese tema puede consultarse a Gerard Noiriel, Sobre la crisis de la historia. Este libro es un homenaje a CarloGinzgurg, uno de los supuestos promotores de una de las últimas crisis por su defensa del “paradigma indicial”).
La microhistoria como forma de hacer historia también conmovió a la disciplina tanto en Europa como en América. El debate aún no ha concluido, pero de todo lo planteado podemos ir sacando en claro algunas cuestiones de fondo que no implican un consenso entre los teóricos y los historiadores.En primer lugar, la microhistoria no difiere del resto de la historiografía en el sentido de que su objeto de estudio es también “la sociedad en el tiempo”, y sus temas suelen ser tan variopintos como variopinta es la llamada “realidad social” y como multifacéticos son los intereses de los investigadores. Es decir, esta especialización es también historia de acuerdo con el enfoque tradicional...