La santa .doce cuentos peregrinos

Páginas: 19 (4617 palabras) Publicado: 3 de junio de 2013
18. LA SANTA; Veintidós años después volví a ver a Margarito Duarte. Apareció de pronto en una de lascallecitas secretas del Trastévere, y me costó trabajo reconocerlo a primera vista por sucastellano difícil y su buen talante de romano antiguo. Tenía el cabello blanco y escaso, yno le quedaban rastros de la conducta lúgubre y las ropas funerarias de letrado andinocon que había venido a Roma porprimera vez, pero en el curso de la conversación fuirescatándolo poco a poco de las perfidias de sus años y volví a verlo como era: sigiloso,imprevisible, y de una tenacidad de picapedrero. Antes de la segunda taza de café enuno de nuestros bares de otros tiempos, me atreví a hacerle la pregunta que mecarcomía por dentro.— ¿Qué pasó con la santa?— Ahí está la santa — me contestó—. Esperando.Sóloel tenor Rafael Ribero Silva y yo podíamos entender la tremenda carga humana desu respuesta. Conocíamos tanto su drama, que durante años pensé que Margarito Duarteera el personaje en busca de autor que los novelistas esperamos durante toda una vida,y si nunca dejé que me encontrara fue porque el final de su historia me parecíainimaginable.Había venido a Roma en aquella primavera radiante en quePío XII padecía una crisis dehipo que ni las buenas ni las malas artes de médicos y hechiceros habían logradoremediar. Salía por primera vez de su escarpada aldea del Tolima, en los Andes co-lombianos, y se le notaba hasta en el modo de dormir. Se presentó una mañana ennuestro consulado con la maleta de pino lustrado que por la forma y el tamaño parecía elestuche de un violonchelo, y le planteó alcónsul el motivo sorprendente de su viaje. Elcónsul llamó entonces por teléfono al tenor Rafael Ribero Silva, su compatriota, para quele consiguiera un cuarto en la pensión donde ambos vivíamos. Así lo conocí.Margarito Duarte no había pasado de la escuela primaria, pero su vocación por las bellasletras le había permitido una formación más amplia con la lectura apasionada de cuantomaterial impresoencontraba a su alcance. A los dieciocho años, siendo el escribano delmunicipio, se casó con una bella muchacha que murió poco después en el parto de laprimera hija. Ésta, más bella aún que la madre, murió de una fiebre esencial a los sieteaños. Pero la verdadera historia de Margarito Duarte había empezado seis meses antesde su llegada a Roma, cuando hubo que mudar el cementerio de su pueblo paraconstruiruna represa. Como todos los habitantes de la región, Margarito desenterró los huesos desus muertos para llevarlos al cementerio nuevo. La esposa era polvo. En la tumbacontigua, por el contrario, la niña seguía intacta después de once años. Tanto, quecuando destaparon la caja se sintió el vaho de las rosas frescas con que la habíanenterrado. Lo más asombroso, sin embargo, era que el cuerpocarecía de peso.Centenares de curiosos atraídos por el clamor del milagro desbordaron la aldea. No habíaduda. La incorruptibilidad del cuerpo era un síntoma inequívoco de la santidad, y hasta elobispo de la diócesis estuvo de acuerdo en que semejante prodigio debía someterse alveredicto del Vaticano. De modo que se hizo una colecta pública para que MargaritoDuarte viajara a Roma, a batallar por unacausa que ya no era sólo suya ni del ámbitoestrecho de su aldea, sino un asunto de la nación.Mientras nos contaba su historia en la pensión del apacible barrio de Panoli, MargaritoDuarte quitó el candado y abrió la tapa del baúl primoroso. Fue así como el tenor RiberoSilva y yo participamos del milagro. No parecía una momia marchita como las que se venen tantos museos del mundo, sino una niñavestida de novia que siguiera dormida alcabo de una larga estancia bajo la tierra. La piel era tersa y tibia, y los ojos abiertos erandiáfanos, y causaban la impresión insoportable de que nos veían desde la muerte. El rasoy los azahares falsos de la corona no habían resistido al rigor del tiempo con tan buena Gabriel García Márquez 19 Doce cuentos peregrinos
19. salud como la piel, pero las rosas...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Doce Cuentos Peregrinos La Santa
  • Doce Cuentos Peregrinos "La Santa"
  • Analisis de doce cuentos peregrinos
  • prologo doce cuentos peregrinos
  • Los Doce Cuentos Peregrinos
  • Doce Cuentos Peregrinos
  • Doce cuentos peregrinos
  • Analisis doce cuentos peregrinos

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS