La Selva Mágica

La Selva Mágica


En un lugar cerca del bosque de Berlín, una familia llegaba a una cabaña, transcurría la década de los 30´ y Europa era un lugar extraordinario, sus árboles, las flores y sus deliciosos aromas, las pequeñas criaturas jugaban muy cerca del camino que recorría la familia Lindemann; los pequeños en el asiento trasero estaban pegados en los vidrios de aquel Mercedes-Benz, masfamoso y conocido como el “Grosser-Benz”, era el auto mas grande de Alemania en esa remota época.
El camino hacia la cabaña fue largo pero entretenido, al llegar a destino se maravillaron los niños con el tamaño de la que seria su casa el próximo fin de semana.
Eran las cinco de la tarde, y la familia entera se reunió en torno a la radio para escuchar el discurso de Paul von Hindenburg, almando del imperio alemán.
Luego la familia cenó una de las especialidades de la mujer Lindemann.
Llegando la hora de dormir Till Lindemann acostó a sus dos hijos y les propuso contarles una historia, los niños accedieron con emoción y ansiedad, ya que no recordaban cuando fue la última vez que su padre, el importante actor de comedia alemán, el más famoso de Europa, les contaba una historiapara dormir.
Till acomodó una silla entre las camas de sus dos hijos y comenzó a relatar la historia, una historia contada de generación en generación, como enseñanza para los niños a lo largo de la historia en la familia.
Hace mucho tiempo en la ciudad, había un señor muy pobre, que se dedicaba a ser vendedor ambulante en la ciudad. Era muy conocido por los habitantes por tener losmejores sombreros de aquel lugar, y por ponerle buena cara a la vida.
Una mañana el salió más temprano de lo usual ya que tiene como objetivo el barrio mas lejano de la ciudad, del lado que limitaba con la selva, la ciudad no era muy grande, pero se hacia muy difícil llevar esos sombreros sin ir a paso lento.
La selva que limitaba con la ciudad era conocida como, “La selva de la magiablanca”, famosa por las rarezas que allí se encuentran, y por ello, todos temen entrar ahí.
Los más ancianos de la ciudad siempre asustan a los niños en las plazas con historias de aquella selva. Luego es trabajo de los padres de aquellos niños calmarlos y desmentir aquellas historias, pero, en interiormente dudaban.
El sombrerero caminaba paralelo a la selva, llevaba un paso acelerado pero erainconciente; sentía un mal presentimiento, sudaba, siguió caminando, y en el último tramo del camino se desmayo.
Despertó en medio de la selva, desorientado, nervioso y muy asustado al descubrir donde es que estaba. Se ponía el sol y temía que llegase la noche ya que recordaba las famosas historias de los aventureros que fueron afortunados al poder salir de allí, y no eran para nadaalentadoras.
Caminó durante un muy largo tiempo, alrededor de veinte minutos, pero que a el se le antojaron horas. Sentía que su entorno, el paisaje de la selva, jugaba con su cordura. Comenzó a oscurecer y como un interruptor empezó a despertar la vida de la selva.
Fuertes risas se oían a lo lejos, cuanto más caía el sol más risas se sumaban, sentía que se mofaban de el, aceleró el paso sintener en claro donde ir, fue entonces cuando detrás de unos densos arbustos halló uno de sus sombreros, lo recogió dudoso. En el momento en que se irguió de nuevo observo su alrededor, reparó en lo que parecía una especie de sendero, caminó por el, algo dentro suyo le decía que era el camino correcto, ¿intuición quizás? O tal vez tan solo sean las ganas de huir de aquellas risas que le hacían recordara las hienas salvajes. Aquellas risas se acercaban, lo acechaban ahora muy de cerca. Era hora de correr, y pues así lo hizo, corrió por el camino hasta que pudo ver un lago.
Una vez llegado a sus orillas se sintió tranquilo y no sabia cual podía ser el motivo, las risas quedaron lejos de allí, parecía como si ellas no podía llegar hasta ese lugar. Pasó allí la noche, en un refugio que...