La Solidaridad

NOCHEBUENA Y NAVIDAD las identificamos con sentimientos y deseos de paz, felicidad y calor familiar. Por encima de creencias religiosas -la celebración del nacimiento de Jesús- estasfiestas navideñas son un paréntesis festivo de encuentro familiar. Estas jornadas navideñas fueron criticadas muchas veces como el gran derroche del consumo, que podía reflejarse en laacumulación de regalos a los niños; regalos que por cantidad llegaban a perder tanto el valor económico como simbólico de cada uno de ellos para ese niño que los recibía. Este año lasituación es la antítesis para muchas familias y, particularmente, para muchos chavales que en sus ilusiones no cubiertas serán víctimas de una crisis en la que ellos no tienenresponsabilidad alguna. No son solo las ilusiones inocentes las que no se satisfacen en estas circunstancias económicas adversas que se prolongan en exceso; hay muchas familias que carecen delo fundamental para poder celebrar una cena y una fiesta familiar navideña con lo mínimo. La conclusión sería que estas navidades deben estar marcadas por la solidaridad, que semanifiesta en la forma más primaria, como la de contribuir a través de las organizaciones de ayuda a que la escasez de lo imprescindible no alcance a nuestros conciudadanos, conindependencia de su origen. Y la solidaridad y el propio interés para salir de esta situación debe llevar a un compromiso ciudadano que implique a todos en el doble y paralelo objetivo de generaractividad económica, riqueza, productividad y, como consecuencia, puestos de trabajo, y, al tiempo, justicia social. No puede verse como lógico que mientras crece el número deparados, los sin techo o disminuye el poder adquisitivo de las clases medias, se multiplique para muy pocos la gran fortuna, frecuentemente especulativa y alejada de la economía productiva.