La transmision de la cultura Entre el pesimismo y el optimismo pedagógico




La transmisión de la cultura:

Entre el pesimismo y el optimismo pedagógico

























Introducción

“El dilema de la transmisión educativa es abrir alternativas a los otros, abrir un arco de posibilidades, no encerrar a la nueva generación en la opción de al conservación del pasado o de la negación del mismo, sino en todo caso desplegar las formas posibles de pensamiento,conocimiento y acción simbólica que hagan posibles cambios futuros para cada uno y la sociedad en sus conjunto”.1

Situándonos en la postura que toma la idea de educación vinculada a la de una tarea de transmisión de la cultura, podemos definir desde un sentido durkheimiano al acto de educar como “la transmisión de la cultura por parte de las generaciones adultas a las jóvenes”2, de tal forma que éstasse apropien del capital cultural de la humanidad. Las múltiples miradas que se complementan y a su vez se oponen en este acto de transmitir hacen que la misma carezca de neutralidad. Y que a la vez demande implicaciones políticas, poniendo en juego unos intereses por sobre otros.

“En la función del educador profesional se deposito desde hace dos siglos la transmisión del capital cultural legal ylegítimo”3. En la obra “Cabezas rapadas y cintas argentinas” de Beatriz Sarlo observamos a una Rosa del Rio que se presenta como una portadora de la ideología estatal dominante del siglo pasado y un optimismo pedagógico, manifestada mediante todos sus actos, a través de un fuerte condicionamiento basado en la disciplina y en la autoridad como mandato, siendo su finalidad la implantación de unnuevo orden pretendida desde el Estado.

A partir de este relato podemos decir que así como la escuela coacciona y determina social e individualmente a la vez que domina al imponer a los alumnos una mirada determinada del mundo. También podemos decir que no es esto lo único que la escuela hace. También abre nuevos mundos, nuevas posibilidades de “transformar la realidad”4, de percibir aquel “inéditoviable”5, que encierran accesos a mejores condiciones sociales de existencia, a vivir más plenamente esa libertad lograda a través del pensamiento emancipado.

La vinculación de la educación con la de una tarea cultural de transmisión supone una doble funcionalidad otorgada a esta última: por un lado la de la transmisión -de valores, saberes, usos- como forma de reproducción y supervivencia de laespecie humana y a su vez como transformadora de aquella herencia que supone un proceso de apropiación singular, de reinvención de la experiencia y la cultura. Así lo plantea en otras palabras Graciela Frigerio6: “Insistiremos en considerar a la educación como la acción política de distribuir la herencia (capital cultural, tesoro común o los mil nombre que recibe el quehacer de los hombres a lolargo de su historia), designando al colectivo como heredero (designación que se propone impedir que nadie quede marginado de la socialización y de la distribución ), habilitando a cada heredero a decir sobre su posicionamiento frente a lo heredado (manera de significar que nadie está obligado a recibir la herencia sin recibir al mismo tiempo la libertad para decidir sobre la misma, aceptarla,rechazarla, continuarla, modificarla). La educación es, entonces, mandato de emancipación que acompaña al gesto de distribución cuyo signo será el del don; es decir, un dar que no conlleva deuda para el destinatario (dado que todo receptor fue considerado desde el vamos un heredero legitimo”

Para comprender la complejidad de fenómenos como el de la transmisión cultural que deambula adoptando formas ydiscursos nuevos y disímiles, dentro y fuera del espacio escolar no hay que perder de vista el nuevo escenario emergente que caracteriza a la cultura contemporánea. Escenario atravesado por múltiples dimensiones y tensiones. Que encierran cuestiones como la globalización económica y cultural impactando en la idea de la identidad, de lo diferente, de lo singular. Donde las fronteras entre lo...