La utopía

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar” Eduardo Galeano
LA UTOPÍA, CARACTERÍSTICA PERDIDA EN EL PESAMIENTO ÚNICO. FUNDAMENTO SOCIAL RECUPERADO EN LA REBELDÍA.
Antecedentes
Desde principios de los noventa cuando Francis Fukuyama y la tecnocracianeoliberal decretó el “fin de la historia” y se proclamó “el pensamiento único”, el mundo se occidentalizó. Se mundializaron los valores del liberalismo burgués que encontró en los restos del extinto bloque soviético terreno fértil para promover el mercado y la democracia. Los movimientos sociales colapsaron, los escasos avances de los procesos se vieron truncados por el plan de reestructuraciónque liberó la economía y, sobre todo, porque con la caída de la URSS el paternalismo de la burocracia de Moscú desapareció.
El nuevo tiempo arrojó sus primeros vistazos en los genocidios africanos, en la guerra yugoslava, en la persecución sistemática a los grupos opositores en Colombia. La occidentalización fue bautizada por los jerarcas de la economía como ‘globalización’, en ésta nueva eradecretada, la política perdió trascendencia, ya no era el debate público algo de interés general que permitiera la solución de los problemas diarios de las personas, los partidos políticos, que si alguna vez tuvieron el favor de los ciudadanos, cayeron en total desprestigio; la mano invisible del mercado pasó de ser una tesis de un tipo de economía a ser patrón natural de medición de la sociedad;instituciones del denominado primer mundo doblegaron cualquier intento de autonomía del mundo subdesarrollado, el Fondo Monetario y el Banco Mundial se erigieron con mayor fortaleza; las multinacionales que arrasaron la tierra y debilitaron el medio ambiente transitaron con total impunidad bajo el amparo de los gobiernos que ellos mismo compraban; por su parte, las banalidades, el mundo plásticodominaba la estética corporal, ya entonces pensarse a hombres y mujeres en un estadio natural era tan imposible como creer que alguien hacia algún oficio por vocación; Dios, el mismo Dios que impusieron a sangre y fuego, ese mismo que prefirió a blancos sobre negros, el cómplice de la barbarie, se convirtió en el socio comercial de las multinacionales de las finanzas que bajo una lógica deglobalización movían y trasladaban sus capitales a lo largo y ancho del planeta. El nuevo Dios no se distanciaba del viejo, la diferencia era que esta vez se podía tener como instrumento para alcanzar la libertad, era el dinero; por supuesto la religión declarada era la religión del mercado.
El avance de la década de los noventa permitió el ajuste institucional de los Estados a la lógica del mercado, total elcapitalismo era la forma universal y perpetua de relacionamiento social, la rebeldía había caído en estado de coma, murió una forma de lucha (con su posterior repetición) pero se reinventó la protesta, se resignificó el carácter y contenido del poder popular. Los postergados pasaron a la ofensiva, no sin antes conocer unas nuevas versiones de fracaso que no amilanaron los objetivosrevolucionarios, sino que, por el contrario, incentivaron la toma definitiva del poder.
La economía de mercado, al poco tiempo de declararse como paradigma de la civilización, mostraba sus primeros coletazos. Al ser predominante el capital financiero por sobre la producción real de mercancías se generaron sendas crisis económicas, dadas las burbujas financieras creadas, la respuesta de los gobierno fueron losrecortes progresivos en las garantías sociales; salud y educación recibieron la descarga de la crisis. Por su parte los sectores críticos al régimen socioeconómico ascendían políticamente convirtiéndose en una alternativa capaz de ofrecer una realidad totalmente distinta.
Una nueva esperanza: el ascenso de gobiernos populares
De a poco los sectores críticos, ubicados a la izquierda del...