La visión de los runners desde el punto de vista de un no-runner
Y mi verdadera resignación parte de una realidad netamente técnica y numérica:no me alcanzan las horas de sueño. Dios, o mis padres en todo caso, porque hace tiempo que me considero no creyente, me crearon con una característica útil en algunos casos y totalmente nula paraotros: funciono mejor de noche. No sé si tendrá un anclaje astrológico (algo así como una extraña alineaciones de los planetas y las estrellas que vuelven las energías de mi lado después de la partidadel sol) o tenga una razón genética o simplemente sea cómo soy (sorpresivamente, empiezo a inclinarme por la tercera opción). Por eso mismo, el clímax de productividad me encuentra cuando muchos otrosya están cerrando sus oficinas y apagando sus computadoras. No deja de ser normal que llegue a mi oficina a eso de las ocho u ocho y media de la noche, cuando todos los demás van saliendo y me ven concara de desadaptado; Domingo, el portero del edificio de mi oficina, es un fiel y leal testigo de esta condición.
Esa es la razón primordial por la que jamás he podido abrir el ojo a tan tempranahora (en realidad, ambos ojos, porque con uno no creo que vaya a ser muy efectiva mi deportividad). Sí, es la mejor hora para correr, estoy seguro; sí, es el momento del día en que las toxinas que...
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