Laberinto

El laberinto de la soledad
Conquista y Colonia
Ed. Fondo de cultura económica
Ed.3 Mexico 1999
Págs. 98-128
Cualquier contacto con el pueblo mexicano así seafugaz muestra que bajo las formas occidentales laten todavía las antiguas creencias y costumbres. Cuando se reflexiona en lo que era nuestro país a la llegada de cortes,sorprende la pluralidad de ciudades y culturas que contrasta con la relativa homogeneidad de sus rasgos mas característicos ,la diversidad de los núcleos indígenas ylas rivalidades que los desgarraban, indica que Mesoamérica estaba constituida por un conjunto de pueblos, naciones y culturas autónomas con tradiciones propias, lareligión azteca, como la de todos los pueblos conquistadores era una religión solar, en el sol el dios es fuente de vida el dios pájara y en su marcha que rompe lastinieblas y en su marcha se rompe las tinieblas y se establece en el centro del cielo como un ejército vencedor en medio de un campo de batalla, resulta innecesario añadirque la religión de los indios, cómo la de casi todo el pueblo mexicano era una mezcla de las nuevas y las antiguas creencias. No podía ser de otro modo, pues elcatolicismo fue un religión impuesta, la especulación religiosa había cesado desde hacía siglos, la iglesia se inmoviliza en Europa, a la defensiva. La decadencia delcatolicismo europeo coincide con su apogeo hispanoamericano, se extiende en tierras nuevas en el momento en que ha dejado de ser creador. El siglo xix será el siglo de laruptura y, al mismo tiempo, el de la tentativa para crear nuevos lazos, no menos universal que la que nos dejo la iglesia católica: la del racionalismo europeo.