lalalla

CONCLUSIÓN CAPÍTULO I: Conflictos agridulces.

Este primer capítulo es básicamente introductorio, explica la combinación entre “atroz” y “encanto”, entes muycontradictorios paracombinarse. El autor explica que en eso se ha convertido la condición argentina: en algo contradictorio, masoquista y atormentado: “Nos emociona ser argentinos, pero tambiénsufrimos por ello”.Hace un repaso por distintos momentos de nuestra historia con el fin de entender las raíces del actual estado de nuestra nación. Señala como pasamos de ser el granero del mundo y estarentrelas naciones más ricas a la actualidad, en la cuál un famoso economista nos coloca en una categoría apartada, ya que no encajamos en ninguna de las preestablecidas: “El famoso economistaPaulSamuelson fue quien (…) propuso clasificar los países en 5 categorías: los capitalistas, los de la órbita socialista y los del muy heterogéneo tercer mundo; pero no es suficiente hay 2países más a teneren cuenta en forma separada: Japón y Argentina”, según el economista Japón es un enigma inexplicable al igual que nosotros, excepto que a ellos les va demasiado bien y anosotros demasiado mal.
Enla recorrida por la historia el autor revela que desde tiempos inmemoriales en nuestro territorio se dilapidaba la fortuna y había una total inconciencia sobrela importancia del ahorro y la previsiónpara los tiempos difíciles. Todos los visitantes que llegaban a nuestro país podían advertir que tarde o temprano nos hundiríamos irremediablemente.El capítulo termina con una anécdota: JacintoBenavente (dramaturgo) quien visitó el país en 1.922 era acosado por todos los habitantes que deseaban saber cuál era su opinión sobre laArgentina; sin embargo no fue hasta su partida que anunció suparecer: “Armen la única palabra posible con las letras que componen la palabra argentino” esa palabra es nada menos que IGNORANTE.