Las batallas

Una crítica: LAS BATALLAS EN EL DESIERTO DE J. E. PACHECO
Por Laura Alicia Gómez Arellano

Si hablamos de primeras impresiones y, como dicen por ahí, las primeras son las que cuentan; entonces, he de decir que este libro me ha dejado muchas más de las que esperaba. Estoy escribiendo esto justo después de terminar de leerlo, pues para mí, por lo menos en este preciso momento, es necesarioescribir enseguida porque está todo fresco y además sería una opinión más honesta. Aunque a decir verdad, no sé por dónde empezar. Y no porque no sea capaz de formar mi propio criterio sino al contrario, hay tanto que quiero expresar que mis pensamientos en cuanto a la lectura llegan todos al mismo tiempo. Tratar de ser clara es lo que me propongo.
Tal vez deba comenzar diciendo que se ha movido algoadentro. Obviamente habló de lo que me provocó a mí como “crítico”, pero en especial, pensar en todos esos otros lectores (por siempre anónimos) que por varias generaciones han leído la obra de Pacheco ¿A cuántos no les movió el piso leer esto? ¿Cómo y de cuántas maneras?
Poco a poco se van apaciguando mis ideas pero sigue encendida la luz. Quizás estoy siendo una histérica entusiasta, tal y como losería una chiquilla con el descubrimiento de que su ídolo llega a la ciudad. O no sé, tal vez incluso exageré en esa última frase.
En fin, de la obra lo primero que voy a apresurar a decir es: el final está bien coordinado con el resto del relato. Es un sombrero, un accesorio combinado con maestría. Y es que yo soy una persona de historias, de sustancia; por eso mi fijo siempre en el final. Elfinal y el título son muy importantes dentro de la obra, y a veces van de la mano para formar una metáfora que nos revela un nuevo sentido.
El autor nos sitúa en tiempo y en espacio tan bien, que se puede reconstruir la cuidad tal y como era en ese momento. No hablo de cuestiones geográficas ni urbanísticas, si no de las formas de vida, la economía, el inicio de una transculturación que aún vemoshasta nuestro tiempo, el momento en que el país se comenzaba a “modernizar”, se dejaba influenciar. Todo desde la óptica de un pequeño.
Las batallas en el desierto siempre serán, casi con seguridad, difíciles de ganar. Es una sentencia autoimpuesta y consciente, y por consciente, dolorosa. He ahí a Carlitos un pobre chiquillo-hombre; él lo sabe (que va a perder) él lo dice, es imposible, sussentimientos no son suficiente.
Nos comparte su mirada a través de una serie de 12 capítulos o partes, sobre el mundo y México, o más en específico, el Distrito Federal.
En aquella época que algunos llaman “dorada” dónde la modernidad y el argot anglosajón eran las nuevas aspiraciones que los llevase a la utopía de algunos y a la miseria del resto. Además, este chiquillo-hombre como me gustallamarlo, pasa por un tormentoso idilio el cual es historia principal de la novela.
Una de las cosas que me llamaron la atención sobre el personaje de Carlitos, es que Pacheco lo subscribe a la tarea de ser el chivo expiatorio dentro de su familia; se desvía la atención negativa que recaía en su ansioso hermano mayor, para recaer ahora en él.
Pobre hombrecillo. Dan ganas de adoptarlo.
En cuanto anarrativa, en apariencia es simple, sin complicaciones. Pero la sencillez mejor la cambiamos por precisión. José Emilio Pacheco sabía lo que hacía. O si no, sabía lo que quería provocar.
Utiliza una sola voz. Pero ésta oscila entre dos épocas y entre dos edades: Carlos hablando de Carlitos en esa época (infancia) e insinuando sutilmente su presente; y Carlitos brindándonos su mirada inquieta de niño, sucandidez, sin maldad y lleno de ingenuidad, pero al mismo tiempo con una visión comprometedora para su tiempo y su edad, pues el amor es sólo cosa de hombres no de niños. Así tenemos qué, estas dos edades y estos dos tiempos se fusionan, mutan y se vuelven una sola voz.
Esta voz también hace de proyector que nos muestra la transformación psíquica del personaje, el niño que se vuelve hombre. Un...