Las Dos Caras De Jano
La política es el arte de lo posible, suelen afirmar quienes quieren destacar la flexibilidad que implica poder llegar a acuerdos básicos sin los cuales una sociedad no puedesubsistir. Un pensador francés, destacado politólogo, Maurice Duverger, escribió alguna vez que la política es como el dios romano Jano (dios del cambio, de los conflictos, de la paz y de la guerra),con dos caras: una representa la lucha y la otra la integración. La lucha hasta alcanzar el poder, pero una vez alcanzado, el rostro torna a la otra faz: la integración, es decir, la integración deladversario u oponente, ya que si quien tiene el poder continúa la lucha, esa misma lucha implica un desgaste que finalmente termina erosionando su propio poder.
El Sr. Menem, con su indudablepragmatismo -insensible a toda regla moral o patriótica- siguió al pié de la letra este principio, tal vez tomado de Maquiavelo. De tal forma desarticuló uno a uno a sus posibles oponentes: desmanteló el podermilitar pero sin humillarlo, sedujo a la Iglesia, desarticuló el poder gremial con el solo expediente de convertir a los dirigentes sindicales en empresarios, negoció con aparentes irreductiblesopositores como la U.C.D., hasta el punto de terminar absorbiendo a sus cuadros y prácticamente disolviendo dicho partido. Negoció con algunos poderosos empresarios -aliados impensados de sus patilludoscomienzos-, y los convirtió en sus socios comerciales, mientras desmantelaba sin piedad toda la industria nacional y eliminaba la educación técnica, volviendo al viejo proyecto del país pastoril.Siguiendo con su pragmatismo negoció con el Sr. Bush (padre) la entrega de todo nuestro sistema defensivo (misil Cóndor incluido); nos metió en la Primera Guerra del Golfo; nos hizo blanco de laconfrontación de Medio Oriente; vendió a precio de regalo las empresas públicas, haciéndole creer a la sociedad que era lo mejor para el futuro de los jubilados; entregó la petrolera estatal; continuó con el...
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