LECTURA12
De dog carry bone come will carry bone go. Proverbio jamaiquino.
Mil novecientos cuatro.
Orlandus la miró de cerca. Era venenosa. Tratando de vencer la sensación de ridículo, le dijo, firme y claro como aconsejaba el powerman, Ayúdeme, señor. La serpiente se volvió y con un movimiento de flecha se lanzó contra él. De bugger, gimió Orlandus corriendo. Subió a un árbol. No se le ocurrió quelas culebras también subían. Miró al suelo con aprensión. La serpiente se alejaba pero Orlandus decidió no bajar aún. Anochecía. Se acomodó en una horqueta y era tal su cansancio que se quedó dormido al instante. La presencia del hombre lo despertó. Orlandus se tiró del árbol. El escocés lo seguía. Trotó por la arena con el corazón matándole el pecho, miraba a derecha e izquierda buscando dondeesconderse. Tropezó con una raíz y cayó de bruces. No supo más. Abrió unos grandes ojos desorbitados. Tenía sangre en la boca y alguien lo miraba fijo. De pronto una ola le mojó el pantalón y le trajo olor a algas. Reconoció la voz de Timothy y suspirando desplomó la cabeza, no estaba en Kingston, estaba en Cahuita. Orlandus había llegado a Cahuita varios meses atrás, obligado por Nanah, sumadre. Look here, le había dicho Nanah, Prince, tu papá, sigue enfermo y en Jamaica no hay futuro. Ya cumpliste catorce, vas a ir a Cahuita a trabajar nuestra tierra. Youh plant bananas an send us de money. Janet te enseñará. Janet había muerto pero Timothy, su hijo, lo había guiado en todo y ahora Codilia, la esposa de Timothy, le tendía preocupada un vaso con spiritweed. Salir de Jamaica almundo de un día para otro había sido un golpazo. Había vivido esos últimos meses en medio de un vértigo. De día volteaba la tierra y sembraba. De noche, agotado, caía como tronco. Pero enseguida empezaban los sueños horribles que lo despertaban. Tenía un gran resentimiento contra Nanah que lo había echado a un mundo donde sólo había problemas, como ese de los animales silvestres que se comían lasmatas recién sembradas. El no tenía plata para exterminarlos como los demás finqueros, y se hundía en la desesperación. Un día el powerman lo vio correr tras las ardillas y los pericos y luego dar puñetazos contra una ceiba vieja y herirse las manos. El hombre se acercó y le dijo con suavidad, Bwoy, nada saca con ponerse así. Le voy a dar un consejo, háblele a las culebras. Orlandus miró alpowerman con rencor, él conocía esa costumbre absurda y jamás iba a hacer el ridículo de probarla. El powerman se alzó de hombros y lo dejó solo. Varias veces intentó pedirle ayuda a Timothy y a los demás finqueros pero su timidez lo aplastaba y le hacía dejar el asunto para el día siguiente. Abatido por su timidez y por las ardillas se acercó a una boa; le sorprendió lo fácil que le salió lasolicitud. Es cuestión de evitar que la gente me vea, pensó.
Caminaba detrás de una tamagá cuando vio la mancha. Olvidó el animal y fue a buscar el fulgor amarillo. Era una inmensa e incomparable flor de mahoe, rodeada de otras más pequeñas. Orlandus tocó despacio los suavísimos pétalos y observó la manera perfecta en que calzaban y se abrían. Miró la flor por dentro, la volvió a acariciar. Al rato sepercató de que no escuchaba ruidos, ni siquiera el mar que estaba a pocas yardas. No supo cuánto tiempo había pasado junto a las flores, pero atardecía. Los árboles de mahoe formaban un telón denso y sus ramas bajas se hundían en el agua tibia y sin olas. Sospechó que ese lugar tenía que ver con su madre, y eso lo llenó de una inmensa quietud. Se sentó y durmió allí hasta pasado el amanecer,sin pesadillas. Dio en volver a ese sitio. Resultaba incomprensible pero tuvo que aceptarlo, las flores de majagua lo hacían dormir bien. Le escribió a su mamá, Mummah dearest, Janet murió hace poco. Cahuita is allright. Dicen que hay más gente, la que vino del ferrocarril cuando lo terminaron y otros que huyeron de Panamá por la guerra de independencia. Los nuevos están al otro lado de Punta...
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