Ley de espera y quita

Cuando en 1834 se aprobó la Ley de Libertad de Contratos, el pueblo venezolano y, en especial, aquellos dedicados a promover la tan ansiada productividad agropecuaria, nunca imaginaron las nefastasconsecuencias que este instrumento acarrearía.

El liberalismo manchesteriano parecía ser la única solución a la crisis propia de una sociedad mermada por la guerra, y así lo consideraronpersonajes como Fermín Toro, Andrés Narvarte, Diego Bautista Urbaneja y Santos Michelena, quienes defendieron a ultranza la mencionada disposición.

Según esta ley, que se basa en el credo liberal, el Estadodebía dejar al deudor en manos del
acreedor.
En este sentido, el Congreso aprobó la Ley de Espera y Quita para declarar la guerra a la especulación y proteger a los propietarios de los campos delos excesivos intereses que deben
pagar a sus acreedores.

Aunque la ley de Espera y Quita todavía no ha podido garantizar la completa protección de
los inversionistas y propietarios en contra delos especuladores, sí ha promovido una mayor
reflexión sobre al hecho de despojara priorialdeudor de sus propiedades.

Su artículo segundo establece: “...El juez acordará el formal reconocimientode las exposiciones
y firma de los acreedores nominados, y si resultaren todos conviniendo en la espera o quita de que se trate, la declarará concedida mandándola guardar; pero si alguno contradijesela concesión que como hecha de su parte haya producido el deudor, la declaratoria judicial será entonces la de no tener efecto el beneficio solicitado”. De esta forma, la decisión de enajenar unapropiedad o bien determinado no depende de la voluntad de un solo acreedor.

Finalmente, esta normativa tiende a empobrecer más al campesinado y paulatinamente los despojará de su tierra y otros bienes.Caracas Con profundas reservas de los liberales













Ley de Espera y Quita (1841)

Ley de 5 de Mayo sobre los juicios de espera y quita, reformando la ley 7°, título 29...