LEYENDA PISQUEÑA "LOS PASAJEROS FANTASMAS"
Hablar de Caucato, es también recordar el cuento “El caballero Carmelo” del fecundo escritor iqueño Abraham Valdelomar.
Asimismo, Caucato es sinónimo demisterio, de mil secretos que la memoria quiere borrar con el paso del tiempo.
Hace muchos años, cuando no existían numerosos automóviles en Pisco. Eran como las siete u ocho de la noche, una familiatomó un taxi en la Plaza de Armas para hacer una carrera hasta la hacienda Caucato, porque tenían que asistir a una fiesta. El taxista aceptó y les cobró ocho soles.
El camino, en ese entonces, eradifícil por la inclinación del pueblo San Clemente hacia la hacienda. La trocha era serpenteante, poblada por montículos de tierra y de piedrecillas puntiagudas.
La noche era negra. A lo lejos, seoía el lúgubre canto de las lechuzas y de los grillos. El frío calaba los huesos. Al fondo, las luces multicolores de la hacienda parecía un mar de flores.
El auto avanzaba zigzagueando laspiedras y los baches. Pasó por el cementerio. El chofer se persignó. Asimismo, se dio cuenta que había varias personas esperando alguna movilidad para irse del lugar.
El chofer dejó a la familia, ypartió presuroso para recoger a los pasajeros que esperaban frente al sombrío camposanto. Allí parados como estatuas estaban las personas. El auto se detuvo, subieron las personas que, estaban bien vestidascon ropa negra, se sentaron en la parte de atrás. Eran tres en total. Uno de ellos, dijo:
-Señor, por favor, puede llevarnos a Pachinga.
-¡Muy bien! Son seis soles.-Contestó el chofer.
-¡Estábien, allá lo pagamos!
-No hay problema.
Un fuerte olor a azufre inundó el auto, que el conductor tuvo que abrir la ventana. Las personas estaban mudas como si no tuvieran nada de que hablar....
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