libreto
(Edmundo observa el mapa.)
Abate Faria: Emplea el tesoro de buena manera. Debes huir y encontrar el tesoro.
Edmundo: ¿De qué me sirve el tesoro? Mi únicotesoro permanece aquí. Me has enriquecido con tu sabiduría e inteligencia más allá del…
(El abate emite un gemido y muere.)
Edmundo: (con tristeza) Algo debo hacer para poder salir de aquí… Ya se, me cambiare con el Abate y me haré pasar por muerto y así sea yo quien tenga la oportunidad para salir y ser libre ¡al fin! (Cambia al Abate a su celda y toma su lugar.)
Carcelero 1: (Cargando al saco.)Este viejo si que pesa…
Carcelero 2: Aventémoslo al mar al cabo que ya está muerto…
(Los carceleros lo avientan al mar.)
Narrador: Después de haber sido arrojado al mar, Edmundo se salió del costal y nado hasta que se encontró con unos marineros. Éstos lo contrataron pues desde el principio confiaron en él. Un día llegaron a la isla de Montecristo y con ayuda del mapa que le dio el AbateFaria, Edmundo encuentra el tesoro.
Edmundo: (Barbón y sucio y sorprendido por haber encontrado el tesoro) Abate Faria, prometo usar este dinero solo para hacer el bien, pero también prometo vengarme de todos los que me hicieron daño.
Narrador: Con el transcurso de los años, como Edmundo ya tenía mucho dinero, se hizo llamar “El Conde de Montecristo”. Se hizo muy famoso por su actitud social y porsu apariencia misteriosa.
(Montecristo entra a la casa de Villefort en dónde esta Danglars.)
Villefort: (Sorprendido) ¿En que podemos ayudarlo?
Montecristo: Soy en Conde de Montecristo…
Danglars: (sorprendido) ¡Montecristo! ¡Señor estamos a sus órdenes!
Montecristo: Vine a París con la intención de quedarme un solo mes. Hasta ahora he tenido el dinero en mi bolsillo pero deseo abrir unacuenta en nuestro establecimiento.
Danglars: Sería un privilegio ayudarlo; como seguramente sabrá, el banco de París esta en mis manos, por lo que me encargare personalmente de su cuenta. ¿Cuánto pondría como su ingreso inicial?
Montecristo: (con simpleza) Cinco millones.
Danglars: (Muy sorprendido) ¿Cinco millones?
Montecristo: Así es. (Se levanta de su silla para irse.)
Villefort: Señor Conde,¿hay alguna otra manera en la que le podamos servir de utilidad?
Montecristo: La verdad es que sí.
Villefort: Lo que desee el Conde de Montecristo.
Montecristo: Estoy viviendo en el Campo de Eliseós y dicen que ha habido muchos robos en el barrio. ¿A quien le solicito protección policial?
Villefort: Este departamento esta al servicio del Conde. Apostaremos agentes en las dos calles de suresidencia por su seguridad; por delante y por atrás, tantos como desee….
Valentina: (Entra corriendo a la escena) ¡Padre! ¡Padre! ¿Es cierto que el Conde de Montecristo está aquí?
Villefort: Me temo que mi hija habla demasiado y tiene pocos modales.
Valentina: (disgustada) padre…
Villefort: Señor Conde, le presento a mi hija Valentina.
Valentina: ¡Montecristo! (Saluda cortésmente) Señor, seréla envidia de todas las chicas de París. ¿Es usted tan rico como todos dicen?
Montecristo: Rico en experiencias, señorita, rico en años.
Sirviente: Ha llegado el Sr. Alberto Mondego. (Alberto entra en la escena.)
Valentina: ¡Alberto! Tengo el honor de presentarte al Conde de Montecristo.
Alberto: Es un honor, señor. Todo el país habla de usted.
Montecristo: El honor el mío.
Alberto:Debería conocer a mi padre, el Conde Fernando Mondego y a mi madre, la condesa Mercedes de Mondego.
Montecristo: (triste) Mercedes…
Escena II
(El conde entra a la casa de Fernando Mondego y ahí esta Alberto, Mercedes y Fernando)
Fernando: Mi querido conde, soy el padre de Alberto y esta es mi esposa, la condesa de Mondego: Mercedes.
Mercedes: (Sorprendida) ¡Oh! Ed… Conde de Montecristo. (Se...
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