Licenciado En Lenguaje
Se impone, pues, una introducción a la Conquista y Colonización en sus líneas generales, con especial insistencia sobre los factores —jurídico-políticos, económicos,sociológicos, urbanísticos y bibliográficos— que condicionan e ilustran la literatura virreinal.
La controversia desatada en el siglo xvi acerca del Imperio hispánico y su acción jurídico-política, militar y espiritual al servicio de fines trascendentes, ha impedido durante varias generaciones — a causa de prejuicios inveterados — el estudio sereno de la cultura virreinal. Pero esa disputaenconada, que se remonta, como es sabido, a las posiciones antagónicas de fray Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda, evolucionaría — al quedar superadas en cuanto fases ideológicas la Ilustración y la Independencia, durante las cuales se reavivó el debate — hacia un análisis más objetivo de las instituciones y, con ellas, de la historia literaria e intelectual según la nueva metodologíainfluida por el positivismo. Eruditos como Andrés Bello, entre otros, acometieron la ineludible tarea de esclarecer el pasado colonial y aun la de investigar sus complejos nexos medievales. El argentino Juan Bautista Alberdi se percató, en 1841, de tales exigencias crí- ticas: "Es tiempo ya —sostenía— de abandonar preocupaciones pasadas de moda, y de reemprender seriamente el examen de losantecedentes literarios, legislativos y administrativos de nuestros tres siglos coloniales, que han dado a luz la sociedad presente... Y el colombiano Miguel Antonio Caro, desde una posición conservadora, mantenía a fines de siglo la unidad insoslayable del proceso histórico-cultural: "Cuando hablamos" —escribía el insigne humanista y repú- blico— "de la época colonial como de tres siglos de servidumbre, ycon esto decimos cuanto de ella sabemos, mostramos crasa ignorancia y estúpido desprecio por la historia y por los hombres que nos precedieron, al modo de los que aquí y en Europa llaman a la Edad Media período de barbarie y tinieblas
* En consecuencia, se trata de la misma teología política que infundió un sentido espiritual a la uniuersitas christiana del Medioevo, tan cara programáticamentea Carlos V: el objetivo primordial no es, por ejemplo, en América, 'político' (i. e. secular), ni económico, sino expresamente religioso: conquistar 'almas'. El iusnaturalismo dicta, con la moral y el dogma católicos, sus nomas de gobierno al Príncipe y al Estado.
Que tal consagración a fines trascendentes da una fisonomía peculiar a la empresa indiana como epílogo atlántico de nuestra EdadMedia, lo ha subrayado también A. Castro, para quien "las Indias occidentales fueron ocupadas por españoles cuyos descendientes continuaron existiendo en la morada vital hispánica, y aprendieron, desde ella, a captar de la cultura de Occidente lo posible desde aquel punto de vista" Castro ha señalado incluso la línea ininterrumpida que "enlaza el lento proceso de la Reconquista y el ímpetu épico de...
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