Literatura . Teatro

EL MITO DE LA DIFUNTA CORREA EN EL TEATRO SANJUANINO DE LOS 30 A LOS 90


Nuestro punto de partida es la mirada sobre tres obras que po¬nen en escena un motivo de la religión popular en San Juan: el tema de la Difunta Correa. En diferentes momentos de nuestra historia provinciana, tres escritores han plasmado estéticamente esta pro¬blemática que conlleva la cosmovisión del sanjuanino: "LaDifunta Correa" de Miguel Martos, escrita y difundida inicialmente para el radioteatro en 1937 y publicada como guión de cine póstumamente en 1948; "Deolinda Correa" de Nemer Barud, publicada y puesta en es¬cena en 1967; y "Menos el pecho de Deolinda" de Susana Lage, es¬crita en 1995 y aún sin estrenar.
El mito de la Difunta Correa es de amplia difusión en todo nuestro país y ha trascendido,incluso, nuestras fronteras. Su devoción genera la afluencia constante de promesantes al santuario ubicado en Vallecito, paraje desértico al este de San Juan y ruta obligada de entrada y salida de la provincia, en tanto funciona como protectora de los viajeros. Se trata, pues, de un mito vigente en la actualidad. La fe popular, y el deseo de canonizar a esta fi¬gura leyendística movió a muchoshistoriadores y aficionados a bus¬car documentación que refrendara la creencia de su existencia cierta. Pero, hasta hoy, ha sido en vano: no existe ninguna acta de nacimiento, ningún registro parroquial, ninguna acta de bautismo. El historiador sanjuanino Horacio Videla, en su Historia de San Juan, habla de unas actas de matrimonio pertenecientes a dos hermanas Co¬rrea, casadas con dos hermanos Bustos. Deuno, se cree desapareció durante la primera invasión de Lamadrid a San Juan, en la década de 1830. No existe otro rastro que avale su entrada a la historia.


Es en tanto mito de muy vigente sacralidad en nuestro pueblo como lo consideran los antropólogos. Existen varias versiones de la leyenda: según se trate, la Difunta se llama Deolinda, Olinda o Mercedes; su esposo, (un hombre de campoque es levado a la fuerza por las montoneras federales, o por los unitarios, o requerido por su caballada, según las versiones) es llamado Baudilio o Clemente; Deolinda parte a buscarlo desde Caucete, o desde San Juan, o in¬cluso desde San Luis, pero realiza la travesía hasta Vallecito, donde muere de sed, en todos los casos, a veces alimentando con su pecho a su niño después de muerta, a vecesmuriendo junto a dos hi¬jos. La ubicación temporal es también fluctuante: entre 1820 y 1860.
La "leyenda oficial", a través de las publicaciones de la Fundación Vallecito (a cargo del santuario), los radioteatros, y, fun¬damentalmente, la versión cinematográfica del director Mattar, ha anclado las distintas versiones en una que es aceptada en forma unánime por los "difunteros" o creyentes, y que esla que se consi¬dera tradicionalmente y a la que responden las tres versiones estu-diadas.
Teniendo en cuenta la definición de Mircea Eliade, considera¬mos el mito como "historia sagrada" y por tanto, verdadera para la comunidad en la que funciona, sin necesidad de una verificación histórica. Desde el punto de vista de la religiosidad popular, la existencia del personaje se comprueba por unaiconografía estereo¬tipada en el santuario y por el relato de los difunteros y su ri¬tual, compuesto por velas y botellas de agua. El carácter sobrena¬tural de la Difunta se evidencia a través de milagros cotidianos. Desde el punto de vista antropológico, el mito se inscribe en los cultos de devoción a las ánimas, que se relacionan estrechamente con el entorno geográfico, en tanto funcionan comorelatos explica¬tivos de contradicciones en la relación hombre-naturaleza, hombre-sociedad, hombre-poder instituido y mundo natural-mundo sobrenatu¬ral. Estos cultos resultan una proyección del mito andino de Hunuc-Huar, ánima de poderes sobrenaturales .
Sin embargo, en las tres versiones teatrales analizadas, el mito no alcanza (o mejor dicho, escamotea) su densidad sagrada; más bien funciona...