Los Alumnos Saben M S Que Los Docentes

¿Los alumnos saben más que los docentes?
Esta frase es una de las tantas que llegan a nuestros oídos “maestros” desde sectores que enfatizan la falta de actualización docente, las grandes diferencias generacionales observadas en el dominio de lo tecnológico por unos y otros, en definitiva un separación dada por sujetos con distintos tipos de saberes que conviven en el espacio escolar.
En esteenunciado se ve reflejada la cuestión del “malestar docente” destacada por diversos autores; desde Jackson autor de “El malestar en las aulas”, hasta Liliana González1 quien desde una perspectiva psicológica habla del mal-estar docente; en definitiva el descontento que signa nuestra labor esta en boca de todos los que nos encontramos dentro y fuera del sistema.
El docente en formación o elprincipiante, centran su atención y expectativas en el momento de dar una clase, de pararse frente a sus alumnos y escuchar el sonido de la propia voz que suena ajena y desconocida al ser oída por primera vez. Pero no solo el maestro inexperto cree cándidamente que toda la dificultad de la profesión se concentra exclusivamente en el acto de enseñar y en el lograr la comprensión. Existe también unimaginario colectivo que sostiene el mismo credo.
Lo cierto es que al ser nuestra función comprimida a este aspecto y analizada de forma parcial, se omite la complejidad del “ser docente”, constituida por una multiplicidad de variables que se ponen en juego en el aula; no tener esto en perspectiva impide la realización del análisis complejo y profundo posible desde una visión panorámica que incluya desdeel marco institucional mas acotado hasta el contexto social, histórico y político mas amplio.
Tal como plantea Pérez Gómez “Es obvio que para entender el pensamiento y la actuación del profesor, no basta con identificar procesos formales y las estrategias de procesamiento de la información o toma de decisiones y es necesario calar en la red ideológica de teorías y creencias, la mayoría de lasveces implícitas, que determinan el modo como el profesor da sentido a su mundo en general y a su práctica docente en particular”.
No es poca tarea la de dilucidar el conjunto de teorías, credos, valores, especulaciones, experiencias, conjeturas a partir de las cuales generar prácticas y guiar así la propia acción. Pero, la alta complejidad de este auto-análisis y por ende auto-crítica, hacen que eldocente no los lleve a cabo, entre otras razones, por una prácticamente nula formación en el ejercicio de la reflexión sobre la propia práctica previa al ingreso a la docencia y la ausencia de mecanismos laborales formales que deberían ser puestos en funcionamiento una vez que el profesor esta en ejercicio de sus funciones.
A los docentes se nos corrige y evalúa del mismo modo que a los alumnosy de igual manera, las teorías que ven en la evaluación un elemento para la mejora de los procesos educativos y para la profesionalización de la enseñanza y no como un medio para el control, son pasadas por alto.
A los docentes se los evalúa desde el cumplimiento, la sujeción a la norma y la subordinación al cuerpo reglamentario de la institución tanto en lo pedagógico académico como al nivel delas relaciones laborales; cualquier otra capacidad o formación que supere lo que se espera del rol docente simplemente no es tomada en consideración, a excepción que represente alguna utilidad para la institución; en ese caso, se hace uso de las mismas para incluirlas luego en la memoria anual de la escuela o para presentarlas frente algún inspector, obtiene el crédito “la escuela” y lo hecho pasaa formar parte de las hojas amarillas de cuadernos de actuación del maestro que nadie lee.
Es decir, el tipo de evaluación que se pone en marcha diariamente en una escuela (aunque la teoría actual marque otro rumbo) es de tipo praxeológica, “para la optimización de las acciones y para servir de ayuda en la toma de decisiones…” se trata de un mecanismo de control: “el control busca verificar,...