Los impuestos invisibles

Suele decirse que la inflación es un impuesto oculto. Y, ciertamente, así es. Pero no serán los impuestos ocultos los que atenderemos en este trabajo, sino los invisibles. Para ello comenzaremos por distinguir entre lo que se entiende como impuesto oculto el citado caso de la inflacin y el impuesto invisible el caso de los que veremos aqu, pues, definitivamente, no es igual lo que se ocultamomentneamente que lo que no puede verse en forma alguna y que, sin embargo, sabemos que est all y lo sufrimos. Y es que, lo oculto, en algn momento se hace muy claramente visible como lo que es mientras que, lo invisible, siempre ser impercep-tible, aun cuando sepamos de su existencia por otros aspectos de la realidad. En otras palabras lo oculto se califica as porque puede hacerse vis-ible en algnmomento, aunque transitoriamente se esconda mientras que lo calificable como invisible slo se intuye, porque no se esconde, sino que est presente y no aparece. Viene a ser como esos cuerpos celestes que jams veremos al telescopio y que, sin embargo, ejercen su fuerza de atraccin o alguna otra influencia en el equilibrio csmico y por ello permiten a los astrnomos inferir su existencia.Adicionalmente, cabr consi-derar un segundo y ltimo aspecto preliminar del tema desde hace milenios la humanidad se acostumbr a entender el tributo como una entrega incon-dicional primero, de la vida personal y de la familia luego, del trabajo y de los bienes de ambos enseguida, de la libertad y de los frutos del trabajo per-sonal nicamente y, ahora, dicho todo en esta forma tan suscinta, slo de los frutos deltrabajo. Ha ocurrido, pues, una correspondencia plena con el tipo de regmenes imperantes del abso-lutismo al totalitarismo, del totali-, tarismo al esclavismo, del esclavismo al liberalismo y del liberalismo a la flodemocracia contempornea, pero sin que ello haya significado en forma alguna, como equivocadamente podra inferirse en forma apriorstica, que haya menguado en su esencia por razn deeste proceso de moder-nizacin de los dems rdenes. Lo que realmente ha ocurrido es que se ha venido simulando y ocultando, sin replegarse en forma alguna, para aparecer ms suavizado o civilizado, pero sin que el poder se haya resignado jams a la idea de renunciar a su abatimiento en lo ms mnimo. Y, prueba indirecta de esta ltima apreciacin preliminar, es que sigue siendo delictivo o penalizable suincumplimiento. Antes, se colgaba o azotaba al que incumpla ahora, se le encarcela o embarga. Cambiar el dramatismo de la pena, pero la causa y el efecto son los mismos. As, una vez apercibidos de lo hasta aqu expuesto, comencemos a identificarlos conforme a los tres parmetros que convencionalmente se aplican doctrinariamente en materia tributaria al ingreso o renta, al gasto o consumo y a la posesino tenencia. 1.- Al ingreso o renta.-Si socrticamente enten-diramos que somos ciudadanos del mundo, lo primero que debiera alarmarnos son las disparidades tan radicales que padecemos. El nor-teamericano medio, por ejemplo, vive econmicamente en el paraso, sobre todo si lo comparamos con los habitantes de Etiopa o de la Repblica Dominicana, para quienes la vida es literalmente un infierno. Elingreso/w-cpita es tan desproporcionado que ya desde 1976 denunciaba Roger Ga-raudy (Una Nueva Civilizacin. El Proyecto Esperanza, Cuadernos para el Dilogo, Madrid, 1977), que un americano consume 500 veces ms energa y recursos naturales y, en consecuencia, es 500 veces ms contaminante que un hind. Un crecimiento demogrfico de 10 millones de americanos es ms peligroso para el futuro del planeta que elde 4,000 millones de hindes y, desde entonces los Estados Unidos, con el 6 por 100 de la poblacin del globo, consumen el 35 por cien de sus recursos naturales, todo lo cual permite advertir que la diferencia de ingreso y consumo no nicamente crea una condicin de extrema desigualdad entre ricos y pobres de la que bastara culpar a los dems gobiernos para dar por resuelto el asunto, sino que, adems...