los pecados de la reforma
Así llegamos a una reforma más, en2013, con el mismo círculo perverso de siempre: con ciudadanos desconfiados de que el gobierno mejorará su calidad de vida a través del pago de impuestos, y con un gobierno que atiza estadesconfianza negándose sistemáticamente a transparentar su gasto y a rendir cuentas claras de los recursos que los ciudadanos les entregan.
Ahora la reforma de Peña Nieto repite por lo menos seis "pecados" delpasado reciente.
PRIMER PECADO: La desigualdad ante la ley. Si bien la reforma se pregona como una que busca romper la tradicional desigualdad entre los contribuyentes, su intento es tímido; casiimperceptible. Un pequeño grupo de ricos -y no me refiero a quienes ganan 41 mil pesos al mes y que la reforma los califica de altos ingresos- seguirá gozando de los favores de un marco legal que lesbeneficia; mientras que otro grupo numeroso (60% de la economía) que se desempeña en la informalidad seguirá al margen del marco tributario, en calidad de ganadores frente a los cautivos, sin que nada ocasi nada les ocurra.
SEGUNDO PECADO: La opacidad. Las medidas efectivas para transparentar a fondo el gasto en todo el sector público brillan por su ausencia y asfaltan el camino de la desconfianzaciudadana. Otra vez, hay promesas sin compromiso efectivo de los gobiernos para frenar la corrupción en el ejercicio del gasto en todos los niveles. La sonrisa de los gobernadores detrás delpresidente Peña Nieto durante su discurso en Los Pinos fue la estampa que retrató a los artífices de la escasa rendición de cuentas.
TERCER PECADO: La complejidad. Con todo y la reducción de más de cien...
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