Macbeth O La Profecía Autocumplida
Páginas: 9 (2059 palabras)
Publicado: 17 de julio de 2012
Macbeth, o la profecía autocumplida
Uno de los temas fundamentales en Macbeth es la influencia de elementos sobrenaturales —aparentemente ineludibles— en el destino y la evolución del protagonista. Son estos factores los que impulsan los movimientos de Macbeth y Lady Macbeth, dando arranque al argumento principal, y a la ya memorable pugna entre destino y libre albedrío. Así visto, resultafácil ver a las tres brujas, personajes de la obra, como las gestoras de un plan macabro con el cual conducen el drama hasta su cruel arribo final. Brujas dueñas del conocimiento, siendo éste una posesión tan valiosa, como temida por los hombres. Ninguno es rival para ellas, insondables criaturas que parecen venir de algún lugar remoto y oscuro, un lugar que nadie parece conocer y al que nadiequisiera ir. Nadie querría acudir a las brujas, porque son brujas. Macbeth, sin embargo, llegado a cierto estado del curso de los hechos, se presenta ante ellas por voluntad propia1. ¿Hasta dónde es, entonces, víctima de un destino inexorable?
Al comienzo de la obra, Macbeth se muestra como un vasallo poseedor de todas las nobles cualidades que, como tal, se esperan de él: bravura, valentía, yuna incuestionable lealtad a su Rey, Duncan de Escocia. Pero son tres brujas —inspiradas en Cloto, Lachesis y Atropos2—, quienes al predecirle un futuro majestuoso, hacen detonar un cambio radical en los valores que enarbola inicialmente.
«MACBETH. En mi vida he visto un día tan loco y tan hermoso como este.
BANQUO. ¿Estamos aún lejos de Forres...? ¿Qué figuras escuálidas y andrajosas son ésasque no parecen criaturas terrestres y a pesar de ello están aquí...? ¿Acaso vivís, sois algo a quien el hombre pueda dirigir preguntas? Parece que me comprendéis, porque os lleváis a los labios flacos un arrugado dedo. Debéis ser mujeres, por más que vuestras barbas no den lugar a creerlo.
MACBETH. Hablad, si podéis... ¿Qué sois?
BRUJA I.a. ¡Salud, Macbeth, salud para ti, Barón de Glamis!
BRUJAII.a. ¡Salud, Macbeth, salud para ti, Barón de Cawdor!
BRUJA III.a. ¡Salud, Macbeth, que has de ser Rey!»3
He allí la sentencia de las tres mujeres. A Macbeth se le anuncia que será Barón de Cawdor y futuro Rey. La veracidad de estas profecías se confirma cuando, efectivamente, Duncan le cede —en premio por su arrojo guerrero— la baronía de Cawdor.
«MACBETH. El barón de Cawdor vive: ¿porqué me vestís con ropas prestadas?
ANGUS. Ciertamente, vive todavía el que fue barón de Cawdor. Más una dura sentencia pesa sobre su vida, que merece perder: no puedo decir si estaba de acuerdo con los de Noruega, o si ayudaba al rebelde con auxilios y ventajas secretas, o si a un tiempo laboraba con ambos para la perdición de su país; pero la traición principal, confesada y comprobada, le hadestruido.»4
Este hecho siembra en el protagonista la esperanza de llegar a la corona escocesa, sin embargo, es advertido con prudencia y acertadamente, por su compañero Banquo:
«BANQUO. Esa confianza que mostráis podría enardeceros hasta la corona, además de la baronía de Cawdor. Pero..., es extraño: a menudo, para llevarnos a la perdición, los agentes de las tinieblas nos dicen verdades, ynos ganan con simples pequeñeces para arrastrarnos a los peores resultados...»5
Dicho y hecho. Las palabras de Banquo también podrían ser una profecía. Pero no son acogidas y Macbeth ya está sucumbiendo ante la atractiva idea de ser Rey, comenzando en sus pensamientos las primeras tramas de un plan criminal. Y es que Duncan tiene dos hijos varones en plenas facultades para sucederle en el trono.Si las brujas decían la verdad, ¿cómo y cuándo conseguiría alcanzar Macbeth la corona?
«MACBETH: [aparte] […] mi pensamiento, dentro del cual el asesinato no es sino una quimera, conmueve de tal modo mi propia condición humana que toda facultad de obrar se ahoga en conjeturas, y sólo es para mí lo que todavía no es.»
«[...] Si el destino ha depuesto que yo sea Rey, que la ocasión me corone...
Uno de los temas fundamentales en Macbeth es la influencia de elementos sobrenaturales —aparentemente ineludibles— en el destino y la evolución del protagonista. Son estos factores los que impulsan los movimientos de Macbeth y Lady Macbeth, dando arranque al argumento principal, y a la ya memorable pugna entre destino y libre albedrío. Así visto, resultafácil ver a las tres brujas, personajes de la obra, como las gestoras de un plan macabro con el cual conducen el drama hasta su cruel arribo final. Brujas dueñas del conocimiento, siendo éste una posesión tan valiosa, como temida por los hombres. Ninguno es rival para ellas, insondables criaturas que parecen venir de algún lugar remoto y oscuro, un lugar que nadie parece conocer y al que nadiequisiera ir. Nadie querría acudir a las brujas, porque son brujas. Macbeth, sin embargo, llegado a cierto estado del curso de los hechos, se presenta ante ellas por voluntad propia1. ¿Hasta dónde es, entonces, víctima de un destino inexorable?
Al comienzo de la obra, Macbeth se muestra como un vasallo poseedor de todas las nobles cualidades que, como tal, se esperan de él: bravura, valentía, yuna incuestionable lealtad a su Rey, Duncan de Escocia. Pero son tres brujas —inspiradas en Cloto, Lachesis y Atropos2—, quienes al predecirle un futuro majestuoso, hacen detonar un cambio radical en los valores que enarbola inicialmente.
«MACBETH. En mi vida he visto un día tan loco y tan hermoso como este.
BANQUO. ¿Estamos aún lejos de Forres...? ¿Qué figuras escuálidas y andrajosas son ésasque no parecen criaturas terrestres y a pesar de ello están aquí...? ¿Acaso vivís, sois algo a quien el hombre pueda dirigir preguntas? Parece que me comprendéis, porque os lleváis a los labios flacos un arrugado dedo. Debéis ser mujeres, por más que vuestras barbas no den lugar a creerlo.
MACBETH. Hablad, si podéis... ¿Qué sois?
BRUJA I.a. ¡Salud, Macbeth, salud para ti, Barón de Glamis!
BRUJAII.a. ¡Salud, Macbeth, salud para ti, Barón de Cawdor!
BRUJA III.a. ¡Salud, Macbeth, que has de ser Rey!»3
He allí la sentencia de las tres mujeres. A Macbeth se le anuncia que será Barón de Cawdor y futuro Rey. La veracidad de estas profecías se confirma cuando, efectivamente, Duncan le cede —en premio por su arrojo guerrero— la baronía de Cawdor.
«MACBETH. El barón de Cawdor vive: ¿porqué me vestís con ropas prestadas?
ANGUS. Ciertamente, vive todavía el que fue barón de Cawdor. Más una dura sentencia pesa sobre su vida, que merece perder: no puedo decir si estaba de acuerdo con los de Noruega, o si ayudaba al rebelde con auxilios y ventajas secretas, o si a un tiempo laboraba con ambos para la perdición de su país; pero la traición principal, confesada y comprobada, le hadestruido.»4
Este hecho siembra en el protagonista la esperanza de llegar a la corona escocesa, sin embargo, es advertido con prudencia y acertadamente, por su compañero Banquo:
«BANQUO. Esa confianza que mostráis podría enardeceros hasta la corona, además de la baronía de Cawdor. Pero..., es extraño: a menudo, para llevarnos a la perdición, los agentes de las tinieblas nos dicen verdades, ynos ganan con simples pequeñeces para arrastrarnos a los peores resultados...»5
Dicho y hecho. Las palabras de Banquo también podrían ser una profecía. Pero no son acogidas y Macbeth ya está sucumbiendo ante la atractiva idea de ser Rey, comenzando en sus pensamientos las primeras tramas de un plan criminal. Y es que Duncan tiene dos hijos varones en plenas facultades para sucederle en el trono.Si las brujas decían la verdad, ¿cómo y cuándo conseguiría alcanzar Macbeth la corona?
«MACBETH: [aparte] […] mi pensamiento, dentro del cual el asesinato no es sino una quimera, conmueve de tal modo mi propia condición humana que toda facultad de obrar se ahoga en conjeturas, y sólo es para mí lo que todavía no es.»
«[...] Si el destino ha depuesto que yo sea Rey, que la ocasión me corone...
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