Macbeth

Entra Lady Macbeth con una vela. EL MEDICO observa el comportamiento de Lady Macbeth
LADY MACBETH: ¡Fuera, maldita mancha! ¡Fuera digo! – La una, las dos, es el momento de hacerlo- El infierno es sombrío. ¡Como, mi señor! ¿Un soldado y con miedo? ¿Por qué temer que se conozca si nadie nos puede pedir cuentas?- Mas ¿Quién iba a pensar que el viejo tendría tanta sangre?
LADY MACBETH: Aunque quedaolor a sangre. Todos los perfumes de Arabia no darán fragancia a esta mano mía. ¡Ah, ah, ah!
LADY MACBETH: Lávate las manos, ponte la bata, no estés tan pálido: te repito que Banquo está enterrado; no puede salir de la tumba.
LADY MACBETH: Acuéstate, acuéstate. Están llamando a la puerta. Ven, ven, ven, ven, dame la mano. Lo hecho no puede deshacer. Acuéstate, acuéstate, acuéstate.
Sale.
ViiEntran, con tambores y bandera, MENTETH, CATHNESS, ANGUS, LENNOX y soldados
MENTETH: El ejército ingles ya está cerca; lo mandan Malcom, su tío Siward y el buen Macduff.
ANGUS: Los encontraremos junto al bosque de Birnam: es por donde vienen.
CATHNESS: ¿Sabes alguien si Donalbain va con su hermano?
LENNOX: No, seguro que no. Tengo una lista de toda la nobleza: está el hijo de Siward.MENTETH: ¿Qué hace el tirano?
CATHNESS: Fortifica reciamente el gran Dunsinane. Unos dicen que está loco; otros que le odian menos, lo llaman intrépida furia. Lo cierto es que no puede abrochar su mórbida causa en la correa del orden.
Bien en marcha, a rendir acatamiento a quien le corresponde.
LENNOX: ¡En marcha hacia Birnam!
Sale marchando.
Viii Entran MACBETH Y EL MEDICO.
MACBETH: ¡No me traigasmás noticias! ¡Que huyan todos! Mientras el bosque de Birnam no venga a Dunsinane, no cederé al miedo. Conque huyen, falsos barones, y mézclense con esos epicúreos de ingleses.
Entra criado.
CRIADO: Señor, hay diez mil soldados.
MACBETH: ¿Qué soldados, cara de leche?
CRIADO: El ejército inglés.
MACBETH: Anda vete y ¡llévate esa cara!
Sale Criado.
¡Seyton! - ¡Eh Seyton!- ¿Seyton?
EntraSeyton
SEYTON: ¿Qué desea, Majestad?
MACBETH: ¿Qué más noticias?
SEYTON: Todas las que había se han confirmado.
MACBETH: Luchare hasta que arranquen la carne de mis huesos. Tráeme la armadura.
SEYTON: Aun no hace falta.
MACBETH: Quiero ponérmela. Manda más jinetes, bate el territorio, ahorque al que hable de miedo. La armadura. -¿Cómo está la enferma, doctor?
MEDICO: Más que una dolencia,señor, la tormenta una lluvia de visiones que la tienes sin dormir.
MACBETH: Pues cúrala. ¿No puedes curarla acaso?
MEDICO: En eso el paciente debe ser su propio médico.
MACBETH: ¡La medicina, a los peros! A mí no me sirve – Vamos, ponme la armadura. ¡Mi bastón de mando! Seyton, que salgan. Vamos, rápido.
Salen
V.iv Entran con tambores y bandera, MALCOM, SIWARD, MACDUFF, EL JOVEN SIWARD, MENTETH,CATHNESS, ANGUS y soldados en marcha.
SIWARD: ¿Qué bosque es el de ahí enfrente?
MENTETH: El bosque de Birnam.
MALCOM: Que cada soldado corte una rama y la lleve delante. Así encubriremos nuestro número y quienes nos observen erraran su cálculo.
SIWARD: Según nuestras noticias, el tirano aguarda confiado en Dunsinane.
MALCOM: Esa es su esperanza, pues, cuando ha habido ocasión de escapar,nobles y humildes le han abandonado y solo están con él unos míseros forzados que le siguen sin ánimo.
SIWARD: Se acerca la hora ¡Hacia ella avance la guerra!
Salen en marcha
V.v Entran MACBETH, SEYTON y soldados con tambores y banderas.
MACBETH: ¡Izad los estandartes sobre las murallas! Siguen gritando “ya vienen”. De no estar forzados por los nuestros, lo habríamos combatido cara a cara hastaecharlos a su tierra.
Gritos de mujeres, dentro
¿Qué ruido es ese?
SEYTON: Gritos de mujeres, mi señor
Sale SEYTON
MACBETH: Ya casi he olvidado el sabor del miedo. Me he saciado de espantos y el horror, compañero de mi mente homicida, no me asusta.
Entra SEYTON
¿Por qué los gritos?
SEYTON: Mi señor, la reina ha muerto.
MACBETH: Había de morir tarde o temprano; alguna vez vendría tal...