Mallalal

¡Producen tristeza!
Autor: Luis Pinilla Pinilla

Las noticias cada vez más violentas e inhumanas que nos presentan los medios. No nos queda más que reflexionar sobre cuál es el sentido de vida quepromovemos y qué hacemos con la educación de la infancia y la juventud y  frente a los valores en que hemos creído y que son el fundamento de nuestra vida y del valor que a ella le hemos dado. Comocultura cristiana hemos creído en el amor, en un Dios que es su origen y en una humanidad que está formada de hermanos, para construir una sociedad.
¿Qué estamos haciendo con nuestros niños y nuestrajuventud, para que la sociedad esté viendo este maremágnum de violencias sin sentido? Padres que matan a sus hijos, aún bebés; en un país con tantos problemas graves, la mayor inquietud actual es queno se están abortando los niños según es permitido por la ley; hijos que matan a sus padres. Esposos que se asesinan mutuamente, por motivos baladíes, sacerdotes que se entregan al desenfreno, hastaperder sus vidas; falsos positivos, asesinando jóvenes de nuestras clases bajas; policías violando y matando niños en lugar de protegerlos; compañeros de estudio de nuestras mejores universidadesenredados en muertes entre ellos mismos. Los carruseles de la corrupción de nuestras clases altas. Hambre en los niños del Chocó, con escuelas y alumnos imaginarios escatiman el precario presupuesto parala educación. La vida no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices. Pero la vida tampoco tiene sentido cuando la dignidad humana se atropella como nos vemos obligados a ver cada día. ¿En quémedida somos responsables de lo que sucede? Es una pregunta que debemos hacernos, porque todos los estamentos del Estado, la Iglesia, los empresarios, las personas, somos responsables, al menos de loque nos rodea y corresponde, dice Juan Pablo II.
En un país como el nuestro, de cultura cristiana, no se entiende la desigualdad de oportunidades, la inequidad, los problemas de tenencia de tierra,...