Mamitita

En una hermosa campiña manabita, fresca en verano y calurosa en invierno, pero verde esperanza, al mirarla desde la cumbre de sus elevaciones, naranja y lila sus atardeceres, adoradas y entrañables noches de tertulia al calor del hogar, con aroma de café, chocolate y el inconfundible sabor del agua de miel de abeja con limón.
Cuentan que nació una bella y hermosa niña de ojos del color delcaramelo, tez blanca a semejanza de la nieve, cachetes rosados cual la rosa y tal dulzura en su expresión que nadie imaginaría perdurarían hasta el fin.
Se desarrolló en el campo, creció al lado de quienes terminaron de criarla doña Indelira quien acogió también a dos de sus hermanos, una niña y un niño, aquellos que quedaron de su prole de 11 hermanos casi exterminados por la pandemia de viruela.Fue muy bien educada, que aún siendo vieja, buscaba el libro llamado “La perla del gran precio”, con cuya lectura se cimentó su crianza con una base férrea de principios y valores indeterminados, todos ellos positivos los que le dieron el brillo y la luz con la cual resplandecía su presencia que iluminaba el camino de aquellos que la rodearon y con quien trataba.
Creció como gran hembra hecha yderecha como buena manaba; en una de esas tardes cuando fue prioste del “niño dios” conoció a un joven serio y apuesto quien la cautivó con sus serenos y las cartas escritas a puño y letra del jugo de limón que al calor del fogón tomaban un tono acaramelado, así era antaño, tan noble y salpicada de inocencia la comunicación por el amor.
Ambos prendados se casaron en una tarde de verano, con suspadrinos y las damitas, todo sencillo, bello, lleno de amor y esperanza.
Anidaron su hogar en Charcondo y más tarde en la Estancilla, donde Hermenegildo su ya esposo, heredó una finca a orillas de la ciénega.
De ese gran lazo de amor, cual la flor que adorna nuestros balcones, nació una niña bien parecida a su padre por donde la quisieras mirar, a espera de más retoños como era natural en esostiempos, la criaron igual que a los niños de la época, creció y su madre tan bondadosa y sublime, se hizo cargo de un bebé cuya madre, su vecina, acababa de morir.
Pasó el tiempo y cuando su única hija creció y empezó a tener descendencia fue comadrona, ayudante y compañera en todo momento, tuvo siete nietecitos fueron dos mujeres y 5 varones, todo se desarrollaba normalmente en esos tiempos de larevolución de Don Eloy Alfaro y del Gran Cacao y la novedad del ferrocarril que cuando sus nietos necesitaron de educación superior migraron con toda la familia a la capital Portoviejo, después de la venta de su querida tierra, al lado quedaron viviendo don merejo y su esposa.
En Portoviejo se establecieron, donde nacieron dos nietecitos más un varón y una mujer, pero ya en su nuevo hogar conaires de futura gran ciudad sucedió lo inesperado, sucede que a don Bienvenido casado con su hija Carmen; se le presentó la oportunidad de adquirir unas tierras cuyo precio estaba de ocasión y como para darle la sorpresa a su mujer la compró. El nunca imaginó que a doña Carmen no le gustaría nada esa adquisición ya que como a toda mujer cuidadosa de su esposo se le metió a la cabeza que alguna mujertomara su lugar y pensaba, ahora ¿ quién cuidaría de mi esposo en esas tierras para trabajarlas?.
Entonces doña Carmen recordó a su adorada madre que había quedado en la propiedad con su padre, no demoró en traerla para que aquella niña ya convertida en abuela, quien con gusto llegó para ayudarla a en tan tremenda tarea.
Don Bienvenido acogió la idea y él iba y venía a la capital cargado defrutas, leche, maní legumbres, choclo, queso fresco, cuajada incluso guatusos y loras ahornadas y muy bien preparadas por “Mamitita” así la llamaron sus nietos.
Transcurría la vida común y corriente pero tan hermosa porque en época de vacaciones, sus nietos acudían a pasarla con su querida abuela, ella les enseñó la fe en Cristo Jesús, decía que él era el “Ángel de la guarda” que los acompañaría...