Maritza

PRÓLOGO
La lectura analítica y cuidadosa de este libro ha sido para mí en primer lugar, placentera , luego provechosa, porque al finalizar me queda la seguridad y satisfacción de haberaprendido experiencias, que también tendrán las personas a quienes está dirigido, es decir, a los médicos internistas y patólogos que tengan ocasión de estudiarlo.
Una idea que para mí esmuy antigua, es que los hospitales provenientes de la Beneficencia Pública de Lima, en particular, el Dos de Mayo y el Arzobispo Loayza, son en sí mismo auténticas escuelas de medicina, conuna patología riquísima, variada y estimulante; dado que además, no se caracterizan por abundancia de medios de ayuda diagnóstica, lo que obliga al internista al agudizamiento del métodoclínico, lo que el doctor Cipriani detalla con elegancia en los 10 primeros capítulos; que recomiendo, sean objeto, no sólo de una lectura rápida, sino de estudio detenido.
En cuanto a lashistorias y discusiones clínicas y patológicas, debo señalar que en los 33 casos hubo una coincidencia aunque no exacta pero sí análoga, entre el diagnostico clínico y el patológico. Sólo enuno de los casos se requirió a la autopsia, en los restantes bastó la ejecución de algún procedimiento biópsico, para precisar el diagnóstico patológico. Así se pone en relieve como el avanceen los métodos diagnósticos prometen llegar al diagnóstico en vida del paciente, para formular pronósticos certeros o la indicación de tratamientos apropiados.
Finalizo con una cordialfelicitación al autor por este trabajo muy importante que hasta donde va mi conocimiento no tiene precedente nacional.
El 50% de los casos es de carácter oncológico; vaya la reflexión aque son los internistas y otros especialistas, no los cancerólogos, los que a nivel general tienen sobre sus hombros la responsabilidad en los diagnósticos de estas graves enfermedades.