marroc
Marrakech volvió a ser capital tres siglos más tarde, cuando la tribu de los saudíes, proveniente del sur, destituyó a los benimerines y, en 1549, trasladó de nuevo lacorte a la ciudad. Le siguió un período de gran crecimiento y esplendor, que hizo de Marrakech una de las ciudades más pobladas del mundo árabe, llena de espléndidos palacios, entre los que destaca el de Badi. Pero esta dinastía tampoco duró mucho en el poder y a principios del siglo XVII el país se sumió en una guerra civil, que no terminó hasta 1668, cuando un príncipe árabe, Moulay Rachid,subió al trono, de quien sus descendientes gobiernan el país todavía hoy. Marrakech perdió el título de capital y el sucesor de Rachid, Moulay Ismail, la trasladó a Mequinez, expoliando el palacio Badi de todas sus riquezas. Cuando el monarca murió, el país se vio sumido en la anarquía durante más de un siglo, hasta salir de ella como un reino cada vez más débil.
Mientras, Marrakech inició susprimeros contactos y relaciones comerciales con Europa, en primer lugar con Gran Bretaña, que se multiplicaron a lo largo del siglo XIX. En aquella época fue cada vez mayor el interés de las grandes potencias europeas por adueñarse del norte de África. Así, el control de Marruecos se dividió entre Francia y España. El gobierno de los sultanes era cada vez más débil y finalmente aceptó la imposiciónoficial del gobierno colonial francés, formalizado con el Tratado de Fez de 1912. Pero enseguida estallaron motines y revueltas, sobre todo en Marrakech y en el sur. Para conseguir mantener el control, la administración francesa hizo un pacto con Thami el Glaoui, uno de los señores de la guerra que estaba al frente de las tribus de las montañas del Atlas, y en 1912 lo nombró señor de Marrakech, dándolecarta blanca sobre la ciudad y el Marruecos Meridional. Thami el Glaoui se instaló en un palacio de la ciudad y desde allí gobernó con mano de hierro durante más de 40 años, hasta 1955. Déspota cruel, extravagante y amante de los excesos, era también un hombre perspicaz y brillante, que organizaba suntuosos banquetes para sus huéspedes y los cubría de generosos regalos. En los años treinta,...
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