medicina forense


ENSAYO DE FISICA FORENSE EN EL AULA


MATERIA: PRINCIPIOS BASICOS DE FISICA

NOMBRE DEL MAESTRO: JORGE LUIS PEREZ CORDERO

NOMRE DEL ALUMNO: JORGE LUIS BARBOSA PEREZ

GRADO: 3
GRUPO: D




INTRODUCCION:

En 1999 Ernesto Martínez publicó mediante los modestos medios de que disponía en el Instituto Balseiro (foto duplicación, encuadernado artesanal), un fascículo que debeocupar un lugar de privilegio entre la bibliografía básica en la formación y consulta de los investigadores forenses. Más de 60 páginas de apretada y amena relación, acercan al autor y al lector al universo de la física forense y la investigación de los hechos del tránsito, como un medio de acercar una visión viva de la física al aula. Ernesto Martínez escribió estas líneas para un taller con docentesde física, con el objetivo de “estudiar en detalle un accidente de tránsito común, que ilustran puntos técnicos o de procedimiento. Todos los casos son reales en todos sus detalles. Los accidentes de tránsito involucran mecánica newtoniana simple, y son ideales como experimentos de física; hoy en día son mucha más fáciles de encontrar que el lacre o la médula de saúco. Este caso especialinvolucra la ciencia que a todo policía se le enseña a aplicar (a veces sin tener presentes los fundamentos): por un lado la física de un auto que frena, representada por la segunda ley de Newton; por el otro, el mínimo de sicología experimental que se necesita, junto con un poco de cinemática y geometría, para entender las implicaciones prácticas de los tiempos de reacción finitos. De lo que hablaremos,entonces, es de las consecuencias prácticas y medibles de los retrasos o demoras que imponen respectivamente la dinámica y nuestro sistema nervioso.”







DESARROLLO:
El autor señalaba en su documento que es muy habitual encontrarse en los juzgados con jueces, abogados y jurados que poco o nada saben o entienden de física a la hora de decidir sobre la inocencia o culpabilidad de losacusados, incluso cuando esta ciencia les podría ayudar enormemente en su toma de decisiones. Obviamente, una de las razones que contribuyen a esto no es otra que la que tiene que ver con la tristemente célebre hipótesis de “las dos culturas” (ciencias y letras) de C. P. Snow. Es decir, que los abogados no acuden habitualmente a solicitar la ayuda de los físicos u otros expertos porque hace muchoque han perdido contacto con las materias científicas como son la física, la química o la biología, nada menos que desde la enseñanza secundaria obligatoria. Para ellos, un físico no hace ninguna falta porque la casuística criminal a la que se enfrentan a diario no involucra ni armas termonucleares. Tal es la imagen que tienen de los físicos y que es mantenida, asimismo, por un alto porcentaje de lapoblación. Se puede caer en el error de acusar a los “profesionales de las leyes” de no emplear el método y las técnicas científicas en sus casos, pero quizá cambien de opinión si antes reflexionan sobre la siguiente cuestión: ¿cuántos de ustedes incluso los científicos profesionales, hacen uso de su ciencia en su vida diaria?

Pero lo que me resultó más interesante fue el capítulo siguiente:la justificación del empleo de la física forense en el aula. En efecto, en aquellas cinco páginas, El profesor Martínez y yo pensábamos igual hasta un punto realmente sorprendente.

Según él, la física forense poseía un enorme interés pedagógico y podía constituir un ejemplo perfectamente válido a la hora de transmitir la cultura y el pensamiento científico a las personas no versadas y, sobretodo, a los estudiantes de todos los niveles, desde el medio superior hasta el superior.

Los cuatro puntos claves que marcan la estrecha relación entre la física forense y la investigación científica y que, dicho sea de paso, resultan igualmente válidos para cualquier otra rama de la ciencia, se pueden enunciar así:

Las soluciones de los problemas que se plantean en un caso judicial no...