Mercader de venecia

ACTO I
ESCENA PRIMERA
Venecia.- Una calle
Antonio, Salarino y Salanio

Antonio.- No entiendo la causa de mi tristeza. A vosotros y a mi igualmente nos fatiga. Tanto se ha apoderado de mis sentidos la tristeza, que ni aún acierto a conocerme a mí mismo.

Salarino.-Tu mente vuela sobre el Océano, donde tus naves, con las velas hinchadas, dominan a los pequeños traficantes, que cortésmenteles saludan cuando las encuentran en su rápida marcha.

Salanio.- En efecto, si hubiera empeñado mi fortuna en empresas tan arriesgadas, estarían muy lejos de aquí todas mis afecciones y esperanzas me vería arrancándolas yerbecillas y arrojándolas al viento para cerciorarme de qué lado sopla y buscando en los mapas marinos los puertos, los muelles y ensenadas me anublaría mi alegría todo lo quepuede hacerme temer por mis cargamentos.

Salarino.- Al soplar en el caldo, sentiría dolores de fiebre intermitente. Al ir a misa, los arcos de la iglesia me harían pensar en los escollos donde puede dar de través mi pobre barco, y perderse todo su cargamento, Creería que en un momento iba a desvanecerse mi fortuna, solo pensar que esto me pudiere suceder me pone triste. ¿No ha de estarlo Antonio?Antonio.- No, porque gracias a Dios no va en esa nave toda mi fortuna, ni depende mi esperanza de un solo puerto.

Salanio.- Estás enamorado.

Antonio.- Calla, calla.

Salanio.- ¡Con que tampoco estás enamorado! Entonces diré que estás triste porque no estás alegre. Hay hombres que al oír una estridente gaita, cierran estúpidamente los ojos y sueltan la carcajada, hay otros que están tangraves y serios como niños, aunque les digas los más graciosos chistes.
(Salen Basanio, Lorenzo y Graciano.)

Salanio.- Aquí vienen tus parientes. Bienvenidos. Ellos te harán buena compañía.

Salarino.- No me iría hasta verte desenojado, ya que tan nobles amigos vienen, con ellos te dejo.

Antonio.- Mucho os amo, creedlo. Aprovechan este pretextopara separarse de mí.

Salarino.- Adiós, amigos míos.

Basanio.- Señores, ¿Cuándo estaréis de buen humor?

Salarino.- Adiós: pronto quedaremos desocupados para serviros.

(Se van Salarino y Salanio)

Lorenzo.- Señor Basanio, te dejamos con Antonio. No olvides a la hora de comer, ir al sitio convenido.

Basanio.- Sin falta.

Graciano.- Mala cara pones, Antonio.Caros te saldrán sus placeres, no los gozarás nunca. Noto en ti cierto cambio desagradable.

Antonio.- Graciano, el mundo me parece lo que es: un teatro, en que cada uno hace su papel.

Graciano.- El mío será el de gracioso. La risa y el placer disimularán las arrugas de mi cara. ¿Por qué un hombre, que tiene sangre en las venas, ha de ser como una estatua de su abuelo en mármol? ¿Por qué dormirdespiertos y enfermar de capricho? Antonio, soy amigo tuyo, te hablo como se habla como a un amigo. No te empeñes en conquistar por tan triste manera la fama que logran muchos tontos. Vámonos Lorenzo Después de comer, acabaré el sermón.

Lorenzo.- En la mesa nos veremos. Me toca el papel de sabio mudo ya que Graciano no me deja hablar.

Graciano.- Un año más conmigo, desconocerás hasta el ecode tu voz.

Antonio.- Me haré charlatán por complacerte.

Graciano.- El silencio solo es oportuno en lenguas en conserva, o en boca de una doncella casta e indomable.
(Se van Graciano y Lorenzo)

Antonio.- ¡Vaya una locura!

Basanio.- No hay en toda Venecia quien hable más disparatadamente que Graciano.

Antonio.- Dime ahora, ¿Quién esla dama, a cuyo altar juraste ir en devota peregrinación, y de quien has ofrecido hablarme?

Basanio.- Antonio, bien sabes de qué manera he malbaratado mi hacienda en alardes de lujo no proporcionados a mis escasas fuerzas. Voy a decirte mi plan para librarme de deudas.

Antonio.- Dímelo, Basanio: te lo suplico; y si tus propósitos fueren buenos y honrados, siendo tuyos, pronto estoy a...