mistral
GARZAS
Quiere la gana de algunas
que en mi conflicto de garzas
yo me olvide de la gris
y me quede con la blanca,
pero tengo tentación
de quedar con la agrisada.
Tanto, tanto, tanto vi.
Vendrá mi hastío del blanco
de mis nieves apuradas;
vendrá de que en palomares
mimo siempre a la azulada;
vendrá de que el gris—azul ,
me acaricia lamirada.
Pero la blanca se tiene
tanta leyenda dorada
tanto la han cantado que
la van volviendo sagrada.
Y ya me cansa de fría,
de perfecta y de alabada.
Evoca el recuerdo de un ave típica de nuestro territorio nacional, haciendo una descripción de sus colores característicos y relata cómo hay tanto que hablar sobre ella que hay cierta tristeza al recordar.FRUTAS
El valle Central está,
como los mostos, ardiendo
de pomar, de duraznales
y brazos de cosecheros
a trabazones de olores,
coloración y fermentos.
Los tendales de la fruta
llaman con verdes sangrientos
y a golpes de olor confiesan
los pomares y el viñedo,
y frutillares postrados
sueltan por el entrevero
un trascender que enternece
por lo sutil y lo denso.
Todo semueve en un vaho
que nos pone el andar lento
por ver y por aspirar
en lo emboscado o confeso
y atisbar rostros y espaldas
volteados, de cosecheros.
Los troncos parecen vivos
de mozuelos y mozuelas
que trepan y que despojan
a saltos y a lagarteos.
Y los cestos van y vienen
con el peso y el arqueo
del vientre de nuestras madres
y son maravillamientos
la piel delalbaricoque,
la pera, la piña al viento.
Lindas que pasan las granjas,
trascendedores los huertos;
pero nosotros no somos
ni señores ni pecheros
y nos vamos adentrando,
a maña y a manoteo,
en busca de hierbas locas,
altamisas y poleos,
en la greña y la maraña
por antojo nos perdemos,
entreabierto y pellizcando
pastos que no supo Homero.
Nos describe que en la zona central de nuestroterritorio se encuentra una cantidad de frutas y una descripción de las personas que ahí cosechan, las hermosas granjas y de las hierbas típicas.
FRUTILLAR
Vuela un olor delicado
y tímido y placentero,
delgado como la brisa,
íntimo como el aliento.
Lo había olvidado andando
campos de olores violentos
que se dicen y declaran
casi, casi como un grito.
Sí, sí, ya no recordaba
estearoma de embeleso.
Es el frutillar tendido
que crece callado y lento,
pero en la estación del fruto
se declara desde lejos
y hace torcer el camino
al distraído o al lelo.
El bulto del frutillar
se disimule en el huerto
y el pobrecillo se ignora
que su olor de cerca o lejos
lo denuncia y lo declara
y siempre lo está "vendiendo".
—Abájate, mi chiquillo,
hay frutas que estoy viendo.Abájate, coge pocas
y deja algo a los que vienen,
y cógelas con cuidado
que él se tiene sus recelos.
—Otra vez vas a decirme
que el frutillar tiene miedo.
—Sí, que lo tienen por unos
que lo revuelven sin seso.
—Voy, voy, pero te descansas.
Que no te rindas. Parece
y que tu cuerpo no es cuerpo.
Por eso ya voy creyendo
que eres fantasma sin sueño.
Pero te sigo y te sigo
y de tantoacompañarte
¿tú no lo ves? Ya te quiero...
No cuesta nada coger
frutillas, aquí las tengo.
¿Que no las comes, que no?
Son maduras, estás viendo.
Las hueles, las vas contando
y no las comes. No entiendo.
Y te pones a entonar
y ese canto es extranjero.
¿De dónde te lo sacaste?
No cantan eso en mi pueblo.
—Es que yo quiero que cantes
para acortar el sendero.
Aunque siempre lo hice mal,
yocanté con alma y cuerpo.
—Tú quieres decir, repite, Mama,
"yo canté con alma y cuerpo".
—Mal se portó mi garganta,
poquito menos el cuerpo.
Unos me decían ¡sigue!
otros me daban denuestos.
Ahora me vengo acordando,
porque cansado te veo,
que aquel cantar me aliviaba
de mucho, casi de todo,
todo, todo lo olvidaba.
Las gentes se me reían
de la voz y las palabras
y yo seguía, seguía......
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