Monografia De La Obra Marianela

VIDA RELIGIOSA
I. CRISIS Y RENOVACIÓN DE LA VIDA RELIGIOSA
Para exponer lo que es en la actualidad la vida religiosa y la teología que la debe guiar es importante analizar los notables cambios que se han realizado alrededor y después del Vaticano II. Desde la realidad, lograda o malograda, de la vida religiosa se puede acceder a su esencia evangélica y a su correcta historización actual.1. La crisis
En su forma más radical, la crisis de la vida religiosa puede formularse como la real y experimentada disociación entre lo que hay de «vida» en la vida religiosa y lo «religioso» de esa vida. Esa disociación planteó una crisis de identidad personal y de relevancia apostólica. Al nivel personal, muchos religiosos han sentido que la vida «religiosa» llegó a ser una amenaza para supropia vida por la despersonalización, deshumanización y distanciamiento de los problemas fundamentales de la humanidad que aquélla ocasionaba. Más grave aún, la vida religiosa llegó a justificar en la práctica el distanciamiento de claras exigencias y valores evangélicos. Al nivel apostólico, muchos religiosos han sentido que la vida religiosa dejó de ser eficaz para dar a otros vida y vidacristiana. El mundo circundante tendió a atacar o ignorar la vida religiosa y ésta se concentró a su vez en su supervivencia, perdiendo cada vez más la dimensión más esencial a cualquier forma de vida cristiana: salvar integralmente a los hombres.
Esta disociación no pudo ser mediada por una envejecida teología de la vida religiosa que repetía a priori su excelencia y la óptima posibilidad que lo«religioso» ofrecía a la «vida», pero que no acababa de resolver la correcta relación de la vida religiosa con el mundo circundante. Este era visto como «mundano», es decir, pecaminoso, y por ello amenaza a la vida religiosa, que debería teóricamente apartarse y en la práctica desentenderse de él. No era visto como «mundanal», es decir, creación de Dios, ámbito de escuchar su voluntad y lugar de surealización por una parte, y, por otra, mundo de pecado, con el que hay que cargar, encarnándose en él, para así erradicarlo.

2. La renovación
El Vaticano II captó la doble crisis de la vida religiosa y por ello enfocó su tratamiento formalmente como «renovación». Propuso como principios renovadores la vuelta a las fuentes, el seguimiento de Jesús y el carisma del fundador (identidad), y la«adaptación», «conocimiento» de la novedad histórica, para que los religiosos «puedan ayudar más eficazmente a los hombres» (PC 2) (relevancia). Ambos tipos de principios han estado actuando dialécticamente en la renovación real. Pero, a nuestro entender, lo más decisivo ha sido la diversa captación del mundo circundante, según la cual la renovación ha tomado diversos rumbos.
Para unos, el hechomayor del mundo es la «secularización», la cual ha cuestionado lo trascendente y la auto-evidencia de una vida consagrada a Dios; ha posibilitado ambientalmente la sana autonomía del hombre e, indirectamente, la personalización de la vida religiosa; ha exigido de la vida religiosa al dar testimonio de Dios y de esa forma ayudar a los hombres a superar el sinsentido de su existencia. En su conjunto, elmundo así captado ha sido visto más como amenaza que como posibiliación de la vida religiosa y ésta ha intentado sobrevivir en él.
Para otros, el hecho mayor del mundo es el «pecado», como negación de la fundamental voluntad de Dios: la miseria, represión y muerte de millones de criaturas, hijos de Dios, fruto de la injusticia de los hombres. Ese mundo es amenaza, pero no en primer lugar para lavida religiosa, sino para la vida simplemente. Relativiza, por ello, la vida religiosa y la vida tic los religiosos; pero, al relativizarla, le propone el cuestiona-miento correcto, que en cuanto tal es ya principio de verdadera renovación: busca la vida religiosa meramente subsistir en un mundo hostil, o busca salvar a ese mundo y así —según la paradoja evangélica salvarse a sí misma.
Ese...