mozart
Escucho un ruido en la puerta e intento incorporarme pero es imposible. Entra una chica joven, diría que de mi edad pero no estoy seguro nisiquiera de mi edad. Lleva un vestido blanco anudado en el hombro, el pelo recogido en una trenza y sus oscuros ojos se dilatan al ver que la estoy mirando.
-Así que ya has despertado- dice mirando una especie de cuaderno- No pensabamos que sobrevivirias a la fiebre- se acerca y me toca la frente- bueno aún no lo has hecho...
-¿Dónde estoy?- intento decir, notando como se me desgarra lagarganta.
-No hables e intenta dormir. Al menos si quieres vivir, hijo de apolo.
Antes de poder preguntar más sucumbo al cansancio y vuelvo a quedarme dormido. Cuando despierto la luz entra por la pequeña ventana de la habitación pero no sé si han pasado horas o un día entero. Al moverme supongo que ha sido más, porque me encuentro mucho mejor. Me llevo la mano a la frente de nuevo y descubro unpaño humedo refrescandome la cara. Lo uso para mojarme más y consigo sentarme junto a la cama. Es entonces cuando veo a la joven sentada junto a mi, arreglando unos papeles sobre una vieja mesa de madera.
-¿Nombre?- pregunta sin mediar más palabra.
-No lo sé- respondo-
-¿procedencia?
-Ni idea.
-¿tienes amnesia?- pregunta resoplando. Al final tengo que reconocerlo- probablemente, nisiquiera sé el color de mi pelo.-parece que así consigo sacarle una especie de sonrisa aunque no despega la vista de su cuaderno- Eres rubio, muy dorado. Eso sumado a la "A" de tu muñeca nos hace pensar que eres un hijo de Apolo- Antes de seguir preguntando compruebo mi muñeca y es cierto. Una pequeña "A" dorada decora mi muñeca derecha. Intento limpiarmela pero parece algo más complejo. O la llevomuy metida en la piel o la tinta es parte de mi, aunque el brillo es metálico.Intento recordar donde pudo surgir pero no encuentro nada. Y no solo referente al tatuaje, sino a todo. No tengo ningún tipo de recuerdo, ni nombre, ni casa, ni siquiera estoy seguro de estar hablando mi lengua materna. Le pregunto a la chica donde estoy pero solo me responde con evasivas, creo que intenta bajarme lafiebre con sus paños humedos, asíque prefiero no empezar a discutir. Rellena una ficha en la que solo pone mi nombre, (Aunque me bautiza ella)- ¿Chrys?- Si, es un poco rebundante pero te valdrá. -¿puedo saber el tuyo?- le pregunto- si sobrevives a mañana, te lo diré con una sonrisa.
Me debato entre seguir preguntando o empezar a tener miedo justo cuando me doy cuenta de que ya se ha marchado. Aúnme encuentro demasiado débil pero decido levantarme. Me muevo a duras penas hacia la puerta pero consigo acercarme lo suficiente para que me golpee en la nariz quien quiera que la haya abierto. Sin darme cuenta estoy en el suelo tratando de recuperar la visión. Un hombre alto con barba y cuaderno entre las manos que parece apuntar cómo me he caido. Me hace una señal para que le siga y me lleva a...
Regístrate para leer el documento completo.