Nacionalismo Berlin

ISAIAH BERLÍN

SOBRE EL NACIONALISMO

EL VASTO desarrollo de los estudios históricos en el siglo xix transformó la visión que el hombre tenía de sus propios orígenes así como de la importancia del crecimiento, el desarrollo y el tiempo. Las causas del surgimiento de esta nueva conciencia histórica fueron muchas y muy diversas. Las que se mencionan con más frecuencia son la rápida y profundatransformación de la vida y el pensamiento en Occidente causada por el inusitado progreso de las ciencizis naturales a partir del Renacimiento, por el impacto de la nueva tecnología en la sociedad y, en particular, por el crecimiento de la gran industria; la desintegración de la unidad de la cristiandad y el surgimiento de los nuevos estados, clases, formaciones políticas y sociales; y la búsquedade los orígenes, los pedigrees, las conexiones con, o el regreso a, un pasado real o imaginario. Todo esto culminó en el evento más transformador de todos: la Revolución Francesa, que hizo explotar, o por lo menos alteró profundamente, algunos de los presupuestos humanos más hondamente enraizados. La revolución agudizó la conciencia del hombre con respecto al cambio y suscitó interés en las leyesque gobiernan al mismo. Todos éstos son lugares comunes que no necesitan ser repetidos; como tampoco necesita repetirse su corolario, no menos obvio, de que las teorías que supuestamente explicaban el pasado no podrían explicar sólo el pasado: si eran válidas tendrían que explicar también el futuro. La profecía, que hasta ese momento había sido del dominio de la religión y una prerrogativa de losmísticos y los astrólogos, cambió de orientación yendo de la preocupación por los libros apocalípticos de la Biblia (Las Cuatro Grandes Bestias del libro de David o el Evangelio según San Juan), y otras regiones ocultas, al dominio de los filósofos de la historia y de los padres de la sociología. Pareció razonable pensar que se podría enfocar el campo del cambio histórico con las mismas ypoderosas armas que habían desentrañado los secretos del mundo natural. 46

Esto no fue una esperanza vana. Algunos de los profetas históricos de las postrimerías del siglo xviii y del siglo xix, aun los visionarios, resultaron tener una mejor conjprensión de la readidad que sus predecesores teológicos. Algunos de los pensadores del periodo revolucionario eran optimistas; otros lo eran menos. Voltairey Rousseau estaban igualmente seguros del mundo que cada uno de ellos deseaba ver realizado, pero se preocupaban de si la locura y el vicio humanos permitirían su realización. Melchior Grimm pensó que llevaría siglos mejorar la naturaleza humana. Tourgot y Condorcet fueron los más ingenuos: Condorcet estaba seguro de que la aplicación de los métodos matemáticos (en particular los métodos de lasestadísticas sociales) a la política introduciría el reino de la vida, el conocimiento y la felicidad, "sostenidos por una cadena indisoluble", que acabaría para siempre con el reino de la crueldad, la miseria y la opresión a través del cual reyes y curas y sus infames instrumentos habían tenido a la humanidad sujeta por tan largo tiempo. Lo que estos hombres creyeron no era absurdo. En efecto, losnuevos métodos científicos dieron un enorme poder a aquellos que sabían cómo organizar y racionalizar a la nueva sociedad. El nuevo mundo que Condorcet concibió desde la oscuridad de la celda de su prisión era precisamente el mundo de "sofistas (es decir, hombres racionales), economistas y calculadores" que Burke, que los vio venir con igual claridad, había lamentado sólo tres años antes. La granmutación ocurrió evidentemente, aunque sus consecuencias fueron muy diferentes de lo que Condorcet soñó. El discípulo de Condorcet, Saint-Simon, previo también correctamente, a principios del siglo xix, el papel revolucionario que jugaría la unión de la ciencia aplicada, las finanzas y la organización industrial y, aún más correctamente, la sustitución de la religión por la propaganda secular al...