Nadie lo hubiera creido

NADIE LO HUBIERA CREÍDO
Sergio Granados

La tarde del sábado era agradable, Azahel, Tommy, El Zuly y Mirgo, estaban en la esquina de la tienda, esa esquina que siempre los reunía a ellos y a la demás raza del barrio. Allí se encontraban platicando sobre cosas que habían hecho. De pronto Azahel les dice:
__ ¡Muchachos! ¡Vamos con el Moly a pedirleprestado su carro! Ya saben que es buena onda y nos lo va a prestar y nos vamos a ruiciar.
Emocionado Mirgo replicó:
__ ¡Sí! ¡Vamos! Quiero ir a dar la vuelta para ver a las morritas.
Tommy, hermano del Moly expresó:
__Pero no va a querer que lo maneje quien sea, debes pedírselo tú Zuly, a ti sí te lo presta fácil.
El Zuly accedió y se fueron aprisa rumbo a la casa de Tommy. Sabían que elMoly era muy tranquilo y después del trabajo de los sábados no salía, pues en la fábrica que trabajaba, desempeñaba una labor muy pesada, que lo dejaba exhausto, sin ganas nada, sólo de descansar.

Llegaron y el Tommy entró a su casa. Enseguida salieron los dos hermanos, ambos eran personas muy tranquilas, nunca se metían con nadie. Todos en la colonia los apreciaban mucho por eso.

Sesaludaron como buenos amigos y el Mirgo fue el primero en hablar.
__Moly, queremos que nos hagas un favor, queremos ir a ruiciar y pues queremos que nos prestes tu carro. Se quedó callado por un instante y antes de que hablara, el Zuly tomó la palabra.
__Yo me hago responsable de lo que le pase a tu carro.
Era obvio, pues Azahel tenía diecisiete años y no trabajaba ni estudiaba; el Tommy,dieciséis años, aunque estudiaba no trabajaba, el Mirgo, recién expulsado de la secundaria, trabajaba en una gasolinera. El Zuly, diecinueve años, chofer de camiones grandes, podía, según él, responder por todo. El Zuly continuó diciendo:
__ Vamos a ir la Ruiz a dar unas vueltas y al Bulevar y te lo traemos tempra. El Moly dijo:
__Ahorita son las seis y media de la tarde, a más tardar me lo traena las diez y media de la noche, y me lo dejan con
gasolina. Sacó las llaves de la bolsa de su pantalón y se las entregó al Zuly.

Ansioso, el Mirgo no veía el momento de subirse al carro y empezar a dar vueltas ruiciando, ese modo de ir a ligar y ver gente en la calle principal de Ensenada, B. C., costumbre que tiene muchos años de llevarse a cabo, como en cualquiera otra ciudad.Se dirigieron al centro, iban cantando la música que se escuchaba en la estación que traían en sintonía.

Dieron la primera vuelta completa, es decir, tomar toda la calle primera y entrar a la avenida Ruiz y luego viceversa, les llevó como veinte minutos, era obvio, ya que era temprano y, aunque había mucha gente caminando, no era así con los carros, así que el tránsito no estaba tanlento. Dieron aproximadamente cinco vueltas y se detuvieron en una esquina colateral, se bajaron y se encaminaron a la avenida Ruiz. Llegaron y se pararon en un espacio que había, pues a esa hora ya había mucha gente parada sobre las banquetas y más gente caminando.

Empezaron a platicar y ver a la gente que pasaba y pasaba. Le silbaban a las muchachitas que traían minifalda y así se la pasaron unrato, vacilando entre ellos. De pronto, Azahel dice una ocurrencia.
__Deberíamos ir a la playa, vamos a comprar una caguama y nos la aventamos en el carro agarrando cura. Inmediatamente lo secundó Mirgo. Tommy, dijo que él no quería tomar y el Zuly dijo:
__ ¡Órale! ¡Vámonos de aquí!

Se regresaron a carro, al tiempo que aseguraban que volverían más tarde a seguir ruiciando.

Llegaron a unexpendio de licores y el Zuly compró dos caguamas bien frías, se las dieron en dos bolsas de papel, la forma clásica de los borrachitos. Se enfilaron a la playa. Al llegar, destaparon las botellas con la hebilla del cinto y empezaron a tomar pasándose las caguamas como si fueran botellas de agua. No les duraron ni siquiera media hora cuando ya no había nada. Mirgo les dijo:
__ ¡Vamos por más!...