Narusasu

Epílogo
Memorias de un rubio enamorado
-Como sigas así, harás un hueco en el alfombrado- se quejó mi amigo mientras daba la vuelta a la página del libro que estaba leyendo. Se encontraba recargado sobre el respaldo de su cama mientras yo formaba círculos en mi caminar por su recamara.
-Entonces podrías ayudarme- paré en seco- ¿No crees?
Él bufó y cerró el libro, para después bajarlo hasta suspiernas.
-Eres homosexual
-¡No digas idioteces!
-¿Y entonces que quieres que te diga?- repuso con gesto de cansancio- ¿Qué otra razón habría para que le prestaras tanta atención?
-¡No lo sé! ¡Pero sé que debe haber una explicación! ¡Y definitivamente no es la de que soy homosexual! ¡¡Tengo novia!!
-¿Y? Eso no cambia nada.
-¡No me estas ayudando en nada, joder!- me quejé
-Vale ya- suspiró-Ciertamente es raro. Y si no es por eso, no se la razón.
-¿No crees que él es interesante?- me senté a los pies de la cama. Mi amigo levantó una ceja.
-¿Te refieres a su ropa anticuada o a sus gafas de fondo de botella?- soltó mordaz. Rodeé los ojos ante el comentario.
- Mira, no tiene caso pensar en eso en estos momentos, te ayudare el lunes en la escuela, ¿vale? Ahora- se levantó de la cama-ayúdame a reparar la casa de Shukaku, que Temari amenazó con hacerse un bolso con él si vuelve a entrar en su cuarto.
Me levanté también, derrotado por no tener una respuesta clara pero con una vaga esperanza de que el lunes próximo, mi amigo me ayudara a descubrir lo que pasaba conmigo.
-Yo pensé que ya lo habías perdido
-¿Por qué debería?
-Dijiste que no querías regalos de cumpleaños.-Fuiste original- se encogió de hombros
-¿A que si?- le sonreí con altivez- ¿A que a nadie se le vuelve a ocurrir regalarte un mapache?
El rodó los ojos.
-No sé si es creatividad o idiotez
-¡Oye!
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-Me congelo…
-Vaya quejicas que estas echo- le dije mientras me frotaba las manos en un intento de entrar en calor
-Cállate- me lanzó una mirada amenazante-Me puedes decir ¿Por qué cojones estamos aquí?
-Lo prometiste
Él miró hacia adelante, asintió una vez e hizo un mohín.
-Yo y mi estúpida boca
-Venga Gaara- le mire con reproche- No nos tomara más de 5 minutos
-Eso si es que llega
-Vino hoy, así que debe de llegar
-Tal vez se nos fue
-No- dije con seguridad. Mi amigo levantó una ceja con burla
-Sí que le pones atención, eh
Le volteé aver con gesto malhumorado
-Solo mírale bien
El bufó
-Tengo cosas que hacer hoy… si se tarda mucho, me largo
-Oh- hice un mohín- Así que esta es la llamada “traición por amor”
Él rodó los ojos, pero antes de que pudiese responder, un borrón negro lo sacó de mi vista. Un momento después, Gaara se encontraba en el suelo cubierto por la nieve, con un pelinegro de uniforme escolar encima de él.-¡Gaa-chan!- casi ronroneó el nombre
-¡¡Maldita sea, Sai!!
-¡Te extrañe mucho!- siguió el chico mientras se pegaba más a él- ¿Me extrañaste tú también? ¡Ya no nos separemos más!
Me eche a reír mientras miraba los nada eficaces intentos de mi amigo por quitarse al chico de encima.
-Juro que si no te me quitas de encima, no te vuelvo a ver en mi vida
Como palabras mágicas, el chico pelinegroapareció a mi lado con cara asustada, Gaara se levantó del suelo con gesto malhumorado.
-Hola Sai- saludé
-Hola Naruto-kun- el chico me dedicó una de sus inconfundibles sonrisas falsas, esas que le regalaba a todo el mundo, excepto a mi pelirrojo amigo, puesto que para él eran sinceras.
-Veo que estas de buen humor- le comenté
-Es lo que siento cuando veo a Gaa-chan
-¿Siempre debes ser tanescandaloso?- le recriminó Gaara
-Es porque te quiero mucho- se excusó el pelinegro- ¿Iremos al cine hoy? Lo prometiste
-Odio las promesas- espetó Gaara, yo me reí- Iremos, solo debo de hacer algo antes
-¿El qué?
-Algo
-¿Necesitas ir al baño? ¿O es que necesitas masturbarte?
-¡¿Pero qué cojones dices?!
-Te puedo ayudar en eso
Me eche a reír tanto que me dolió el estómago, nunca había entendido...