Nietzche, El Nacimiento De La Tragedia
De este modo, el desarrollo del arte responde al constante maridaje entre la demencia dionisíaca y el mar tranquilo de la contemplación apolínea, y según Nietzsche, es en la tragedia en donde el “núcleo eterno de las cosas” –loque Nietzsche llama el “Uno primordial”– alcanza su manifestación suprema. En la tragedia, como fruto de la fuerza en tensión de ese doble instinto artístico, es la sabiduría extranjera de Dionisio la que triunfa por sobre lo apolíneo. Dionisio, en tanto héroe trágico por excelencia, es aquel que “quiere ver la verdad y la naturaleza en su fuerza máxima” y la tragedia tiene como único objeto sussufrimientos, expresar su sabiduría. El hombre dionisíaco se identifica con lo Uno primordial y se hace eco de este, es decir, se vuelve un medio para la expresión de la esencia del mundo: el dolor y la contradicción eterna. Sin embargo, la “conjetura metafísica” de Nietzsche es que el “Ur Eine” o lo “Uno primordial” (que es de por sí apariencia, pero no entendido como falsificación) necesitaredimirse de sí mismo en la ley de apariencia y esta tarea de redención se lleva a cabo a través de las imágenes de la bella apariencia y el lenguaje figurado aportadas por Apolo (“apariencias de apariencias”). De la necesidad recíproca del mundo apolíneo de la belleza, por un lado, y de lo bárbaro y lo sufriente dionisíaco, por otro, surge un “simbolismo artístico supremo” que logra redimir lohorroroso.
Según Nietzsche, la tragedia ha de ser concebida como “un coro dionisíaco que una y otra vez se descarga en un mundo apolíneo de imágenes”. En la tragedia, el diálogo, el drama, es decir, las apariencias oníricas y bellas de lo apolíneo son una objetivación de un estado dionisíaco en el que el individuo se disuelve y se unifica con el ser primordial. La tragedia abre el paso a una verdadintuida, un conocimiento que surge de haber penetrado en la horrenda verdad, y que consiste en un “prepotente sentimiento de unidad, que retrotrae todas las cosas al corazón de la naturaleza”. Según Nietzsche, la verdadera tragedia deja en el espectador un consuelo metafísico, el cual consiste en una consideración de la vida como indestructiblemente poderosa y placentera, más allá del devenir delas apariencias.
Ahora bien, mediante el simbolismo apolíneo, el coro representa el estado de embriaguez dionisíaco. Es decir, como mixtura de dos instintos, en la tragedia las máscaras apolíneas son necesarias para curar la vista que ha sido dañada por la visión del abismo. El “núcleo eterno de las cosas” –lo que Nietzsche llama las “Madres del ser”– alcanza en la tragedia su manifestación...
Regístrate para leer el documento completo.