Novela Testimonial

UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO
Licenciatura en Lengua y Literatura
Literatura Latinoamericana IV
Constanza Ortega Vidal

Informe III:
Novela testimonial: construccióny perduración de la memoria colectiva,
en La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska

Según la RAE, una de las formas para definir la palabra “testimonio” es: prueba, justificación y comprobación de la certeza o verdadde algo. Revueltas, tratos injustos, luchas, violencia desmedida, cambios, matanza van a teñir los testimonios de quienes viven en carne propia el dolor de Tlatelolco; esto es lo que muestra Elena Poniatowska en La noche de Tlatelolco: Testimonios de historia oral. En base a su investigación de los hechos y a la visión de teóricos como Raúl Rodríguez Freire, Raúl Martínez André y Peter Burke sebuscará profundizar y comprobar la visión del testimonio el espacio del “poder decir” que permite la construcción y perduración de la memoria colectiva” (Rodriguez 124).
Desde que se publicara en 1983 Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia, la novela testimonial ha sido puesta en jaque por diversos críticos que la consideran de escaso valor para los círculos literarios; ahorabien, al reunir en una misma obra a distintas esferas de la realidad mexicana, Poniatowska permite un reconocimiento de lo colectivo mucho más evidente. Los estudiantes dejan lo individual y lo particular, es decir, todos luchan como uno por un mismo objetivos moviendo así a una sociedad un tanto estática que se pliega también a sus demandas. El devenir de su lucha, permite que se pueda pensar en laconstrucción de un discurso que reúna en sí mismo a todas las voces.
Ahora, si bien la autora muestra los hechos de violencia e injusticia que se viven en México, lo que prima al momento de plantear la posibilidad de una memoria colectiva es la identificación de los diferentes estamentos de la sociedad con lo que se vivió, es decir, que no se perciben como hechos aislados que le pasaron otro oque son tan mínimos que ni siquiera deben hablarse o denunciarse, sino que cada uno de los que cedieron sus experiencias para configurar un discurso unitario de la matanza que toca a todos los mexicanos por igual. La autora alude a esta posible construcción por medio del poema de Rocío Castellanos que se incluye en la edición: “Más he aquí que toco una Haga: es mi memoria […] / Recuerdo,recordamos” (vrs. 26 y 29), se trata entonces de generar un espacio de significación para los sujetos enajenados por medio de la memoria. Pero es aún algo más que eso. Por medio del testimonio se intenta la desenajenación de los sujetos volviendo la luz hacia esos espacios de la historia política y cultural que muchas veces quedan escondidas por la cotidianeidad; pero para lograr tal efecto, necesita delectores comprometidos y activos en el proceso de la lectura llegando, en algún modo, a desenajenarse a ellos también.
Es tal la notoriedad que ha alcanzado este tipo de escritura que diversos autores citados por Martínez se refieren a ella en términos del trabajo que desempeña sobretodo en América Latina, donde la violencia y represión con que actuaron las un medio que dictaduras militares,necesitó de diera espacio y representación a los que oprimidos; ese lugar, siempre ligado a los que están en los márgenes, como es el caso de Rigoberta Menchú, lo ocupa el “género testimonial”. Por lo tanto, como dice Ángel Rama, se hace necesario que Latinoamérica se haga cargo de lo que le sucede a Latinoamérica, sin mediadores, sin puntos de vista extranjerismos, sino con voz propia, con la certeza queda el haber vivido el dolor. Es por eso que la obra de Elena Poniatowska cobra una importancia tan grande para lo que Tlatelolco significó para México y lo que desde allí en adelante sucedió en el resto del continente. Se sentó un precedente en torno a lo que estaba pasando y, más importante, lo que se podía hacer al respecto.
Que la masacre de Tlatelolco ha sido una de las peores que ha...