nuestra mente
Si Marian y su pareja hubieran sido ilegales en España todo habría sido más fácil: a su niña la habrían incluido en el ProgramaGalego de Saúde garantizándole la cobertura sanitaria pública. Pero la maquinaria burocrática se tornó plomiza en su caso. El viernes pasado, tras más de un año de un vía crucis administrativo quemantuvo a la pequeña sin nacionalidad —y sin derechos—, una trabajadora social del Servicio Galego de Saúde (Sergas) solucionó el problema: inscribió a la pequeña en ese Programa Galego de Saúde que le daderecho a asistencia sanitaria plena en esta comunidad. La solución llega al mismo tiempo que la concesión de la nacionalidad española para la pequeña. Tarde, aunque “afortunadamente”, puntualiza lamadre de la criatura, “yo tenía un seguro privado y la niña es muy sana”.
El primer escollo en los derechos de la hija de Marian surgió el mismo día en que nació. La madre quiso inscribirla en eljuzgado pero allí le dijeron que tenía que ir al consulado argentino. Los funcionarios del registro indicaron que debía cumplir con ese trámite previo, explica esta mujer, para que su país de origen...
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