obra a la diestra de dios padre, pero bonita...
Páginas: 56 (13919 palabras)
Publicado: 8 de mayo de 2014
A la diestra de dios padre
Presentación de la mojiganga:
El abanderado:
Pido permiso señores,
Para aquí representar
A esta vieja mojiganga
En cuya historia hablarán:
Jesús: ¡jesús!
San pedro: ¡san pedro!
La muerte: ¡la muerte!
El rey: ¡el rey!
El diablo: ¡el diablo!
Peralta: y un hombrecito llamado peralta.
La peraltona: y también su hermana, de nombre la peraltona.El ciego: ¡el ciego!
El tullido: ¡el tullido!
El padre: un viejo alcalde de indios.
La madre: y en fin, alguna otra gente…
El viejo limosnero: de esa que trepa agarrándose hasta de un clavo caliente.
La maruchenga: de esa que cae al abismo…
El pajarraco: de esa que aplasta al que puede.
El hijo: o de esa que pisan todos…
La nodriza: y entre la yerba se muere…
Elviejo limosnero, el ciego, el tullido y la peraltona se meten al pajarate. Amanece. Canta un gallo y una hebra de humo se levanta de la cocina.
El abanderado:
La pobreza y la riqueza
Como fieras se acechaban
Y entre las dos había un hombre
Que las cartas barajaba…
A los pobres repartía
Lo que a los ricos quitaba,
Y así mantener quería
Balanceada la balanza.
Del plato di oro pasaba alotro plato,
Migajas, tentando a dios y a la suerte,
Con el juego de barajas.
1) un hombrecito va a arreglar el mundo
La ciega
¡virgen del agarradero!
La tullida
¡que gane!
La ciega
¡santo dios! ¡santo fuerte!
La tullida
¡concedele la güena suerte!
La ciega
¡virgen de las lajas!
La tullida
¡bendecile las barajas!
La ciega
¡por la herida del costado!
La tullida¡que tenga suerte en el dado!
El viejo limosnero
¿y si pierde?
La ciega y la tullida
Que dios nos lo conserve.
La ciega
No ha de perder siempre.
El viejo limosnero
Lleva una semana perdiendo. Yo le tuve que emprestar lo que gané limosniando pa’ que jugara el desquite…
La tullida
La suerte es la suerte, pero el cielo lo ha de ayudar…
La ciega
Es la santidá en pepa ese hombre.El sombrero que lleva puesto parece mesmamente la aureola.
El viejo limosnero
De lo puro deshilachao’.
La tullida
Un día de estos viene con un platal del garito y nos paramos todos.
El viejo limosnero
A mí sí me gustaría que me dieran otra oportunidá en este mundo.
La tullida
La que tuviste se te jue de las manos.
El viejo limosnero
Me jodieron los poderosos y la calumnia mellevó al banquillo de los acusaos…
La ciega
La justicia es pa’ los huevones.
La tullida
A mí se me pone que un día de estos todo amanece cambiao’. Don peraltica se saca un entierro o le cae maná del cielo.
La ciega
Y cuando eso pase: ¡que tiemblen los garitos y las haciendas y el rey y sus gamonales, que abusan de la pobre gente!
La peraltona
¡no sé pa qué barro y limpio este asilode apestosos! ¡por juerza tiene que estar sucio! (empuja a la tullida con la escoba) ¡correte pa allá, que debajo de vos se anida la mugre! ¿onde si ha visto que un hombre no cuide ni esto de su casa y su persona? ¿onde si ha visto que un mísero y un pobre diablo (los mendigos se santiguan) se eche encima la carga de toda la miseria?
La tullida
(entre dientes) ¡vieja respondona!
La ciega(entre dientes) ¡vieja culebrona!
La peraltona
¡chitón! ¡o se me largan de aquí!
Llega una familia de campesinos. Entre uno viejo y uno joven traen, casi en guando, a una muchacha preñada, pálida, con un gesto de dolor como una máscara polvorienta. Tienen aire cansado y macilento, las patas embarradas y los vestidos llenos de tierra.
El padre
Dios guarde a toda la comunidá hermanos…(crenchas grises sobre los hombros encorvados pero fuertes. Las barbas grises y ralas, vara de alcalde indio) ¿tá pu aquí don peraltica? De lejos venimos a buscarlo porque nos han dicho que socorre a los desheredados…
La peraltona
¡en eso se la pasa! Pero a yo, que soy su hermana, ni una hebra. Y mire las hilachas que llevo.
La madre
Pero su mercé tiene una casa y nosotros lo perdimos...
Presentación de la mojiganga:
El abanderado:
Pido permiso señores,
Para aquí representar
A esta vieja mojiganga
En cuya historia hablarán:
Jesús: ¡jesús!
San pedro: ¡san pedro!
La muerte: ¡la muerte!
El rey: ¡el rey!
El diablo: ¡el diablo!
Peralta: y un hombrecito llamado peralta.
La peraltona: y también su hermana, de nombre la peraltona.El ciego: ¡el ciego!
El tullido: ¡el tullido!
El padre: un viejo alcalde de indios.
La madre: y en fin, alguna otra gente…
El viejo limosnero: de esa que trepa agarrándose hasta de un clavo caliente.
La maruchenga: de esa que cae al abismo…
El pajarraco: de esa que aplasta al que puede.
El hijo: o de esa que pisan todos…
La nodriza: y entre la yerba se muere…
Elviejo limosnero, el ciego, el tullido y la peraltona se meten al pajarate. Amanece. Canta un gallo y una hebra de humo se levanta de la cocina.
El abanderado:
La pobreza y la riqueza
Como fieras se acechaban
Y entre las dos había un hombre
Que las cartas barajaba…
A los pobres repartía
Lo que a los ricos quitaba,
Y así mantener quería
Balanceada la balanza.
Del plato di oro pasaba alotro plato,
Migajas, tentando a dios y a la suerte,
Con el juego de barajas.
1) un hombrecito va a arreglar el mundo
La ciega
¡virgen del agarradero!
La tullida
¡que gane!
La ciega
¡santo dios! ¡santo fuerte!
La tullida
¡concedele la güena suerte!
La ciega
¡virgen de las lajas!
La tullida
¡bendecile las barajas!
La ciega
¡por la herida del costado!
La tullida¡que tenga suerte en el dado!
El viejo limosnero
¿y si pierde?
La ciega y la tullida
Que dios nos lo conserve.
La ciega
No ha de perder siempre.
El viejo limosnero
Lleva una semana perdiendo. Yo le tuve que emprestar lo que gané limosniando pa’ que jugara el desquite…
La tullida
La suerte es la suerte, pero el cielo lo ha de ayudar…
La ciega
Es la santidá en pepa ese hombre.El sombrero que lleva puesto parece mesmamente la aureola.
El viejo limosnero
De lo puro deshilachao’.
La tullida
Un día de estos viene con un platal del garito y nos paramos todos.
El viejo limosnero
A mí sí me gustaría que me dieran otra oportunidá en este mundo.
La tullida
La que tuviste se te jue de las manos.
El viejo limosnero
Me jodieron los poderosos y la calumnia mellevó al banquillo de los acusaos…
La ciega
La justicia es pa’ los huevones.
La tullida
A mí se me pone que un día de estos todo amanece cambiao’. Don peraltica se saca un entierro o le cae maná del cielo.
La ciega
Y cuando eso pase: ¡que tiemblen los garitos y las haciendas y el rey y sus gamonales, que abusan de la pobre gente!
La peraltona
¡no sé pa qué barro y limpio este asilode apestosos! ¡por juerza tiene que estar sucio! (empuja a la tullida con la escoba) ¡correte pa allá, que debajo de vos se anida la mugre! ¿onde si ha visto que un hombre no cuide ni esto de su casa y su persona? ¿onde si ha visto que un mísero y un pobre diablo (los mendigos se santiguan) se eche encima la carga de toda la miseria?
La tullida
(entre dientes) ¡vieja respondona!
La ciega(entre dientes) ¡vieja culebrona!
La peraltona
¡chitón! ¡o se me largan de aquí!
Llega una familia de campesinos. Entre uno viejo y uno joven traen, casi en guando, a una muchacha preñada, pálida, con un gesto de dolor como una máscara polvorienta. Tienen aire cansado y macilento, las patas embarradas y los vestidos llenos de tierra.
El padre
Dios guarde a toda la comunidá hermanos…(crenchas grises sobre los hombros encorvados pero fuertes. Las barbas grises y ralas, vara de alcalde indio) ¿tá pu aquí don peraltica? De lejos venimos a buscarlo porque nos han dicho que socorre a los desheredados…
La peraltona
¡en eso se la pasa! Pero a yo, que soy su hermana, ni una hebra. Y mire las hilachas que llevo.
La madre
Pero su mercé tiene una casa y nosotros lo perdimos...
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