Ohlala
Por otro lado, tenemos a Eder Bozat, el muchacho de El verdugo de Dios que se ha convertido entodo un hombre. Vive marcado por la ausencia de su amada y su hija, lo que ocurrió en la recta final del citado libro, y ha dejado de tallarla piedra pese a ser un genio en el oficio. Un buen día, recibe la visita de su amigo Bertrand de Garlande, el comendador, que le anima aviajar a Ponferrada, donde viven sus familiares huidas. Con lo que Eder no cuenta es que por el camino se enterará de que Robert Lepetit, elhombre que hizo tanto daño a él y a sus seres queridos, sigue vivo. Esto se convierte en un incentivo más para avisar al comendador, y lo haráacompañado por el médico Ezequiel Falaquera y el herbolario musulmán Hadi al-Suri, que también tienen motivos para odiar a Lepetit.
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