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Ésta es la historia de Narciso, un joven de belleza arrebatadora. Y de una ninfa llamada Eco.
Eco era una ninfa, cuando estaba al servicio de la diosa Hera, solía entretenerla con continuas charlaspara que mientras huyeran las amantes de Zeus. Cuando Hera se dio cuenta, castigó a Eco condenándola con las siguientes palabras: "Siempre dirás la última palabra, pero nunca la primera."
Narcisoera hijo del río Cefiso, en Fócide, y de la ninfa Liríope. Cuando la madre acudió al adivino Tiresias, éste le previno: "Narciso vivirá mientras no se conozca a sí mismo."
Narciso tenía una bellezaarrebatadora. Era tal que enamoraba a todo aquel que tuviera la desgracia de contemplarlo, pero él se mostraba siempre indiferente ante las muestras de admiración y despectivo con las continuasinsinuaciones de las numerosas doncellas que le perseguían cautivadas por su belleza.
Un día, Eco acertó a pasear por una pradera donde yacía Narciso, inmerso en un plácido sueño. Una vez hubo contempladosu belleza, Eco se enamoró de él perdidamente. Se escondió y observó su hermosura hasta que se despertó. Viendo que el objeto de su deseo se escaparía de su vista sin que ella pudiera hacer nada, dioun paso adelante pisando una rama que produjo un ruido seco. Alertado, Narciso preguntó:
— ¿Quién está ahí?
— ¿Ahí?
— ¿Quién eres? ¿Por qué no vienes? —
— ¿Vienes? —
— Pero, ¿dónde estás?
—Puedo verte.
— Bueno, pues yo a ti no. ¿Por qué no sales?.
— "¿No sales?"
— Ya estoy harto de este juego. Me voy.
— Me voy —dijo Eco, cuando quería decir todo lo contrario, y viendo que suamado huía de ella salió a su encuentro.
Pero Narciso, cansado de su estúpida conversación y no encontró en la ninfa ningún atractivo para estar con ella, y de una forma despectiva se alejó de ella.Eco vagó entonces hasta un acantilado donde languideció de amor y humillación, hasta que sólo quedó su voz. De esta forma, incluso muerta, en algunos lugares de la Tierra todavía se puede oír la voz...