olasada
El autor ha interpretado libremente, como artista y dramaturgo, esta innegable verdad histórica introduciéndole ingredientes de supropia inspiración y fantasía.
Don Pedro de Miura, visitador del rey, llega un día al Colegio de la Compañía de Jesús, en Buenos Aires, para comunicar al padre Fernández, provincial de la orden y máximaautoridad de las misiones jesuíticas, su cometido de investigar el desempeño de los ministros en las reducciones guaraníes. Como primera medida todos los miembros de la comunidad quedan bajo arrestopreventivo. Los cargos contra ellos son graves: traicionar y desobedecer al rey, obtener ganancias usurarias con su comercio, esclavizar a los indígenas, poseer y ocultar minas de plata para suexclusivo beneficio. Sin embargo, ninguna de estas acusaciones se puede probar. El padre provincial no se inmuta; sabe que todos estos cargos no se ajustan a la verdad y sólo son debidos a intrigaspolíticas y a otros intereses en juego. Ante la amenazante injusticia de destruir la obra civilizadora y humanitaria de las misiones en favor de los indios, se subleva y los papeles se invierten: a una ordensuya, es el visitador del rey quien queda detenido. Con esta acción, el padre provincial desafía a la corona de España. Pero hay algo más, Querini, el delegado enviado desde Roma por el general de laorden, también trae un mensaje incomprensible y casi absurdo: el padre provincial debe acatar absolutamente el mandato del visitador real, es decir, hacerse cómplice de la destrucción de la obra...
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