Olvide decir adios

**INTRODUCCIÓN**
Era el inicio de un nuevo semestre, anhelaba ver a mis amigos después de un largo verano
aunque en realidad había tenido unas hermosas vacaciones en Ibiza, una parte de mi
deseaba ver a mis compañeros y por supuesto contar todos los pormenores a la loca de mi
mejor amiga: Ruth pero odiaba la idea de enfrentarme de nueva cuenta a las tareas,
trabajos, exámenes y la presión deacreditar las materias. La realidad golpeó a mi cara al
verme estacionando mi auto para llegar a mi primera clase, salí corriendo porque eran las
7:05 de la mañana. Llegaba tarde.
—Mierda, mierda —iba diciendo mientras subía las escaleras a toda prisa.
Conocía a la mayoría de los profesores ya que al ingresar al cuarto semestre era de
esperarse pero cuando me inscribí supe que el profesorque me impartiría ―matemáticas
avanzadas IV‖ era nuevo ya que su nombre no me sonaba de nada por lo que tenía mayor
prisa por llegar, su clase iniciaba a las 7:00.
Estaba a pocos pasos de pisar el salón, mi reloj marcaba 7:07, aquello no era una buena
señal.
—Mierda, que me deje pasar —no pude pensar nada más.
Inhalé fuertemente para calmarme un poco ya que después de subir cinco pisos como sime persiguiera el diablo era de esperarse que no pudiera ni respirar, segundos después
giré la manija de la puerta.
—¿Puedo pasar? —logré decir en un suspiro ya que continuaba agitada.
¿Dónde diablos estaba el profesor? O tal vez me equivoqué de salón, no, eso no, mi
horario marcaba esta aula…
—Adelante, es la última vez que le permito entrar tarde.
Localicé el lugar donde venía esa voz yoh por Dios, no lo podía creer, ¿en verdad tomaría
clases con un tipo tan apuesto?, me quedé parada en la puerta contemplándolo por más
segundos de lo debido.
—¿Piensa quedarse toda la clase ahí parada? —dijo con voz dura.
Me sonrojé y entré de prisa, alcancé a localizar un lugar en la esquina derecha del salón,
mientras llegaba aproveché para saludar a quien me encontraba en el camino, medesplomé en mi lugar intentando estabilizar mi respiración aunque ya no lograba
distinguir si mi estado era por la correr y subir cinco pisos o por la impresión del nuevo
profesor.
—¿Cuál es tu nombre? —seguía sumergida en mis pensamientos cuando alguien me
golpeó en el codo.
—¡Auch! ¿Qué? —le pregunté a mi mejor amiga mientras le lanzaba una mirada asesina.
—Baja a la tierra Syrah, te hablael profesor —me dijo muy despacio y con una sonrisa
burlona.
—¿Cuál es tu nombre? —volvió a preguntar un poco impaciente.
—Perdón —me sonrojé. —¡Hola! Me llamo Syrah Ardani.
Me miró por varios segundos, como si me examinara detenidamente, estaba demasiado
lejos pero logré ver un brillo en sus ojos. ¿Un brillo? En verdad estaba alucinando, movió
la cabeza como si saliera de un trance ycomenzó a hablarle a la clase.
—Bueno, ya platicamos de las políticas, necesito conocer el nivel que tienen por lo que se
tomarán el resto de la clase para resolver los siguientes ejercicios, en completo silencio, el
primero que hable le recojo el examen y créanme tendrá valor.

Vaya que el nuevo profesor se encontraba en un mal momento, tal como lo dijo dictó
bastantes ejercicios, estaba confusaparecía jeroglíficos después de tantos meses sin tomar
un lápiz y menos realizar ejercicios tan complejos por lo que me había resignado a no tener
una calificación demasiado alta.
—Mierda —sin duda sería mi palabra favorita para ese día.
Cuando levanté la vista me percaté que era la última, genial estaba tan absorta resolviendo
los ejercicios que no me di cuenta que todos habían salido, nisiquiera Ruth se dignó a
hacerme alguna seña para salir de ese infierno.
—¿Perdón? Disculpa pero no puedes decir malas palabras —¿por qué tenía que tener una
voz tan sensual? Y ese maldito acento. Levanté la vista y casi me caí de la silla al darme
cuenta que se encontraba a unos pasos de mí.
—Lo siento, no se volverá a repetir.
Sin pensarlo dos veces me levanté y le entregué la hoja,...