Papalagui

Páginas: 99 (24737 palabras) Publicado: 21 de febrero de 2013
ilustraciones de Joost Swarte.
Traducción: Yolanda Rubiales.
Colaboraciones especiales: Joan Ramón Gusmón, Josep So!a~ Anna Serra,
Jaume Fargas, Jaume Roselló & «Pastanaga» Editors (primera edición).
Portada: fotografías coloreadas por Montse Vilarnau.
© 1975, 1976, by Real Free Press, Amsterdam.
© 1981, 1989, 1991, 1993, 1995 by OASIS S.L., Barcelona.
Este libro tiene todos los derechosde reproducción reservados en cua(quier medio según la Convención de Berna - ICC.
Ah rights reserved. No part of this book may be reproduced in any form or by any means, without permission in wñting from the editor.
Primera edición: primavera 1977.
Segunda edición: verano 1979.
Tercera edición: verano 1981.
Cuarta edición (revisada): 1983.
Primera edició (cataló): primavera 1988.
Quintaedición: primavera 1989.
Sexta edición: otoño 1991.
Séptima edición: otoño 1993.
Octavo edición: primavera 1995.

Integral Ed. Oasis, P.G.C., S.L. • Taquígraf Garriga, 10 08014 Barcelona.
ISBN: 84-7901-035-5 D. Legal: B-9.462/1 995. Ref. SO-Ol.
Impreso por Agpograf (Barcelona)


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INTRODUCCIÓN
El escritor llama a estos discursos Los Papalagi, que significa los Hombres Blancos olos
Caballeros. Estos discursos de Tuiavii de Tiavea
no habían sido pronunciados aún, pero el extracto
había sido escrito en el idioma nativo, del cual se
hizo la primera traducción alemana.
Tuiavii nunca tuvo la intención de publicar sus
discursos para el lector occidental, ni en ningún
otro lugar: iban estrictamente dirigidos a su
pueblo polinesio. Sin embargo, sin su consentimiento y conclara transgresión de sus deseos, me he tomado la libertad de someter estos
discursos de un nativo polinesio a la atención del
lector occidental, convencido de que para la gente
blanca con nuestra civilización merece la pena
averiguar cómo nos ve a nosotros ya nuestra
cultura un hombre que aún está estrechamente
ligado a la naturaleza.
A través de sus ojos nos miramos y nos vemos
desde unpunto de visto que de ningún otro modo
podríamos percibir. Ciertamente habrá gente,
especialmente monstruos culturales, que juzgarán
su visión infantil, quizás incluso ignorante; pero
aquéllos que tenéis más mundo y sois más
humildes, seréis movidos a la reflexión y a la
autocrítica por mucho de lo que se os va a decir.
Porque su sabiduría es el fruto de la simplicidad,
la mayor de lasgracias que Dios puede conceder
a un hombre, mostrándole las cosas que la ciencia
no consigue comprender.
Estos discursos son un llamamiento a todos los
pueblos del Pacífico Sur para que corten sus
ataduras con la gente iluminada del tronco
europeo, como se les llama. Absorto en esto,
Tuiavii, el despreciador de los europeos, se
mantuvo firme en la convicción de que sus antepasados habíancometido un grave error dejándose atraer por la cultura europea. El es como
la doncella de Fagaasa, que sentada en lo alto de
un acantilado vio venir a los primeros misioneros
blancos y con su abanico les hizo señas para que
se fueran: « ¡Fuera, demonios criminales!». El
también vio a Europa como a un demonio oscuro,
el gran deshojador, del que el género humano
debe protegerse si quierepermanecer tan puro
como los dioses.

Cuando me encontré por primera vez con
Tuiavii, él llevaba una vida pacífica, apartado del
mundo occidental en su diminuta isla fuera-decamino llamada Upolu, una de las islas samoanas, en el poblado de Tiavea, del cual era
jefe. La primera impresión que me dio fue la de un
gran gigante de corazón amable. A pesar de que
medía casi 1,90 metros y de que erarobusto como
una casa de ladrillos, su voz era suave y delicada
como la de una mujer, y sus enormes y
penetrantes ojos, sombreados por espesas cejas,
tenían una mirada levemente despreocupada.
Cuando les hablabas, se iluminaban y delataban a
su corazón, cálido y soleado.
En ningún hábito exterior era Tuiavii marcadamente diferente de sus hermanos. Bebía kava
(1) iba al loto (2) por la...
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