Participación Social Y Cultura Popular.

Participación social y cultura popular. El caso de Boedo (1928-1964)
Autor: Malena La Rocca (FFYL/UBA)

Este trabajo tiene el objetivo de investigar la participación social, entendida como la organización de acciones colectivas de desarrollo sociocultural y sus relaciones con el entramado político antes, durante y después del peronismo, en el barrio de Boedo. A partir de los documentos queregistraban, desde mediados de 1920, el desarrollo de actividades que llevaron a cabo grupos literarios y artísticos, clubes sociales y deportivos, bibliotecas y hasta una Universidad Popular se indagará en la hipótesis de que obtener acceso a la cultura con mayúscula era una necesidad de quienes participaron en las diferentes asociaciones voluntarias.
¿Qué es la cultura? Desde la perspectivaantropológica se considera cultura a las formas de vida de un pueblo como el ensamble coherente de creencias, valores, normas y comportamientos cotidianos. Mientras que desde un enfoque sociológico, Raymond Williams concibe la cultura como un conjunto amplio de representaciones simbólicas, de valores, actitudes, opiniones, habitualmente fragmentarios e incoherentes quizás y junto con ellos, los procesossociales de su producción, circulación y consumo. [1] Complementando esta visión, Pierre Bourdieu introduce el concepto de campo cultural, un sistema de posiciones sociales en el que unas se van definiendo en relación con otras. El “valor” de una posición se mide por la distancia social que la separa de otras ya sean inferiores o superiores, lo que equivale a decir que el espacio social es, endefinitiva, un sistema de diferencias sociales jerarquizadas en función de un sistema de legitimidades socialmente establecidas y reconocidas en un momento determinado.[2]
Con respecto a la especificidad de la cultura popular, en líneas generales los diversos autores se remiten a dos modelos de descripción e interpretación. Por un lado se la concibe como un sistema simbólico coherente y autónomoque funciona según una lógica extraña e irreductible a la cultura literaria, mientras que el otro modelo la percibe en sus dependencias y carencias en relación a la cultura de las clases dominantes[3]. Un aporte interesante es el de Stuart Hall, quien considera la cultura popular como un ámbito en el que se destruyen determinadas formas de vida, en particular aquellas que plantean resistencia a laforma en que el capital intenta reeducar a los sectores populares para imponer un orden social y que, bajo esta dinámica, se transforman en algo nuevo.[4]
Tradicionalmente se consideraba que para conocer a las expresiones de la cultura popular se puede partir de las acciones de los sectores dominantes para moldear, adecuar, conducir, dominar a los sectores populares[5] o de como de la eliteorganiza la sociedad a partir de diferentes instrumentos de dominación como son la educación, la iglesia y la adecuación de los sectores dominados[6]. Esta visión fue matizada, por ejemplo, desde la historia cultural, Roger Chartier considera que para cada época se debe vislumbrar la complejidad de las relaciones establecidas según las formas impuestas (más o menos flexibles) y las identidadespopulares establecidas.[7].
Entonces, ¿son los sectores populares un sujeto histórico? Luis Alberto Romero esboza una respuesta ante esta pregunta. Primero, en relación al lugar de la realidad social donde se constituyen los sujetos, busca superar tanto los planteos puramente objetivos (considerados como la inserción en la estructura económica y política) como los puramente subjetivos (la percepción queel sujeto y otros tienen de esa situación). Entonces, partiendo del supuesto de que el sujeto se constituye en la cultura[8], indaga la manera en que esas determinaciones de la estructura se convierten en formas culturales. Para ello utiliza el concepto de experiencia de E. P. Thompson y de esta manera entiende que, “las representaciones sociales se constituyen a partir de experiencias...