pasa y deja pasar

En cuantas ocasiones nos encontramos afligidos por las prisas de la vida diaria, el trabajo, los hijos, la escuela… todo nos hace siempre andar de prisa, a las carreras siempre tratando de estirarel tiempo, jugando competencias por las calles tratando de llegar a tiempo al trabajo o al me-nos llegar. Esto el diario acontecer de la vida laboral y común que, de una u otra forma, hemos aprendido asobrellevar calculando el tiempo destina-do a el recorrido que hacemos para trasladarnos de un lugar a otro (por-que tenemos ese derecho), ya sea caminando, en taxi, en moto o en auto-móvilparticular. Pero que sucede cuando se nos trunca ese derecho de li-bre tránsito por el de la “libre manifestación”, cómo nos sentimos cuando unos cuantos inconformes e inadaptados que son minoría y que porsu-puesto son la voz de todo un pueblo, no están de acuerdo en algo o que no satisface sus intereses particulares y de buena gana se les ocurre secuestrar las vías de comunicación y bloquean el camino,que coraje ¿verdad maes-tro?.
¿Pero, porqué y desde cuándo sucede esto en nuestro estado oaxa-queño?, ¿Por qué los mentores del avance social e intelectual provocan y son participes en esa actividadque solo nos hunde en un rezago social e intelectual de tan ínfima categoría? ¿Qué culpa tiene el que va a su trabajo, a la escuela, a su casa, que lleva un enfermo o a vender sus productos que muyprobablemente ya estarán echados a perder para cuando se llegue a un “arreglo”? ¿Por qué la insensibilidad que ataca a la misma sociedad trabajadora, sociedad contra sociedad, escuela contra el puebloen una ba-talla de descalificaciones y vergüenza?, ¿Por qué permiten y comparten las autoridades educativas estas actitudes, será porque ellos son los menos afectados? Después de todo, ellos cobranaunque no lleguen.
Compañeros maestros ¿Qué se puede o debe hacer para terminar con tan denigrante e indignante práctica y salir del bache y de la boca de la gente que en sus evaluaciones nos...