Pepita Jimenez

Trama versus Estilo y Estructura
Por: Sonia Ma. Jiménez
Desde su publicación en 1874, la novela Pepita Jiménez de Juan Valera despertó la atención del ámbito literario de habla hispana, debido a su estilo y estructura. Los lingüistas exacerbaron la crítica, desmenuzaron la novela y relevaron a un segundo plano la historia, pues la singularidad de su precursora escritura causó polémica.Entonces, ¿es acaso más importante la forma de narración que la misma trama? (H)
Robert McEntire, Doctor en literatura por la universidad Cambridge, afirma:
Casi todas las historias ya han sido contadas, y si la intención de un escritor es que su obra sea leída, es necesario utilizar una forma de escritura atractiva y original que lo distinga del resto de la abundante oferta literaria.
Pepita Jiménezes, a mi punto de vista, una historia de amor un tanto común donde el protagonista D. Luis Vargas es un joven seminarista que se encuentra en el dilema de elegir entre el amor de una mujer, Pepita, y su vocación sacerdotal. Lo que me parece interesante, más que la historia en sí, es la estructura literaria. Valera maneja las formas narrativas de tal manera que no revela en primera instancia lasrelaciones entre los personajes, sino que decide paulatinamente ir develando los acontecimientos, creando así incógnitas que incitan al lector a continuar leyendo.
La obra está dividida en tres partes bien definidas. La primera titulada Cartas de mi Sobrino, describe los acontecimientos desde el punto de vista de D. Luis Vargas mediante las cartas que le envía a su tío y tutor:
Querido tío yvenerado maestro: Hace cuatro días que llegué con toda felicidad a este lugar de mi nacimiento, donde he hallado bien de salud a mi padre, al señor vicario y a los amigos y parientes. El contento de verlos y de hablar con ellos, después de tantos años de ausencia, me ha embargado el ánimo y me ha robado el tiempo, de suerte que hasta ahora no he podido escribir a Ud.
Apenas hay aquí quien acierte acomprender lo que llaman mi manía de hacerme clérigo, y esta buena gente me dice con un candor selvático que debo ahorcar los hábitos, que el ser clérigo está bien para los pobretones; pero que yo, soy un rico heredero, debo casarme y consolar la vejez de mi padre, dándole media docena de hermosos y robustos nietos.
Valera utiliza, en esta primera parte, la forma epistolar de una manera muyefectiva. Cuida la presentación, la corrección ortográfica, la variedad de expresión tanto en léxico como en construcción sintáctica, el tono y el estilo. La espontaneidad de esta forma literaria, provoca en el lector familiaridad e involucramiento con los personajes.
Así, uno de los protagonistas nos da a conocer su vocación religiosa y la relación un tanto distante que mantiene con su padre, D.Pedro, quien a su vez demuestra gran afecto al recibirlo. D. Pedro es un hombre maduro que lleva una vida diametralmente opuesta a la de su hijo, un tanto mundana y poco espiritual, él pretende conquistar a Pepita, una joven y agraciada dama que ha enviudado recientemente, heredando una considerable fortuna. Es tanta la atención que le dedica D. Pedro a esta mujer que incita a su hijo, D. Luis, aconocerla.
Como se van sucediendo las cartas se introduce el personaje de Pepita, en un inició D. Luis nos la presenta como una recatada y generosa mujer, que bien pudiera justificar las intenciones de su padre, sin embargo se percibe en él cierta duda sobre la verdadera naturaleza de la joven viuda:
Como es posible que sea mi madrastra, la he mirado con detención y me parece una mujer singular,cuyas condiciones morales no atino a determinar con certidumbre. Hay en ella un sosiego, una paz exterior, que puede provenir de frialdad de espíritu y de corazón, de estar muy sobre sí y de calcularlo todo, sintiendo poco o nada, y pudiera provenir también de otras prendas que hubiera en su alma; de la tranquilidad de su conciencia, de la pureza de sus aspiraciones y del pensamiento de cumplir...