PERDIDO EN PRIMAVERA


Al cumplir este medio siglo de vida, comprobè que el mejor regalo que Dios me ha dado es una familia maravillosa de la que he recibido todo el apoyo para mi formacion personal. Solo hay un vacio en esta celebraciòn: desde hace 22 años mi padre IGNACIO


HONORIO despareciò misteriosamente, sin tener a la fecha razòn de su existencia.
He querido hacer este recuento, para que nuestros hijoscultiven de generacion en generacion el recuerdo de este inigualable padre.


PERDIDO EN PRIMAVERA

MIGUEL ALFONSO RODRIGUEZ JIMENEZ
MARZO 2 DE 2013.

Me saludó amablemente y me hizo seguir, esperé entonces ansiosamente que reapareciera Jorge, para tratar de encontrar una respuesta lógica a la desaparición de Ignacio. Había viajado unas tres horas y me encontraba sentado en unavieja banca de madera, recubierta con un despeluzado cuero de vaca, raido por los años. La casa tenía cierto aire de misterio, era una de esas casas antiguas, construida seguramente por los tiempos en que el libertador cabalgaba por aquellas tierras boyacenses llevando al anca sus sueños de libertad. Sus paredes eran anchas de adobe, las tejas en forma desordenada habian perdido su color rojizo ydejaban que la lluvia se filtrara en tiempos de invierno, adquiriendo aquella vivienda un aspecto de ruina y aparente pobreza; era en forma de L, sostenída con columnas de madera, que tenían como base unos desportillados ladrillos, acuñados por piedras que amenazaban con desequilibrar la estructura. Los demás muebles eran igualmente viejos y quebradizos, de madera, sin un color definido y conbordes rudos y desastillados. Como no queriendo hacerlo mire de reojo los alrededores y pude apreciar que la casa como las
demás del pueblo de Sáchica en Boyacá, tenía un enorme solar sin cultivar, muestra de que había estado deshabitada en los anteriores meses del año.
Aquellas tierras amarillas y con escasa vegetación, muestran la depredadora mano del hombre acrecentando laerosión y disminuyendo los algibes y fuentes de agua. Las ovejas deambulaban balando por las calles del polvoriento y vacio pueblo y el silencio se interrumpía por los ladridos de los perros que se apresuraban a correr cuando alguien pasaba por su lado. Aquel era un ambiente de soledad y tristeza, con olor de boñiga y tierra arcillosa que se levantaba con la agitación del viento. Ya el relojde la iglesia había anunciado las dos de la tarde.
Jorge me esperaba, pues habiamos hablado la noche anterior para concertar la cita.
Ejerció como sacerdote católico en algunos barrios del Sur- oriente de Bogotá, pero abandonó los oficios religiosos y tenía ahora varios niños con su compañera y trabajaba como profesor en el Colegio de Villa de Leiva, también en Boyacá. Conocimos de él porCarlos Camelo, su amigo, odontólogo que atendía a Mercedes y Clara, quien nos puso en contacto para averiguar por Ignacio, pues según sus versiones poseía la facultad de hipnotizar a una persona y luego mediante el desdoblamiento encontrar lo que se le pidiese. Carlos afirma haber sido testigo del rescate de una niña.
La semana anterior Mercedes, lo había podido ubicar allí en Sachica y en
unesfuerzo por ayudarnos, hipnotizó a su esposa, pero por problemas de salud y de cansancio fue imposible conseguir alguna respuesta alentadora. Contrario a lo que buscabamos, Mercedes presenció una escena angustiosa, pues se mezclaba la ansiedad de conocer algo sobre nuestro padre, con las contorsiones y mujidos que producía el cuerpo somoliento de la mujer que parecía no poder regresar a su estadonormal. Volvió a Bogotá sin ninguna noticia, y por ello yo programé el siguiente encuentro.
Su condición de exsacerdote y la buna voluntad que mostraba por ayudarnos a aclarar aquella infortunada situación, nos permitía confiar en las gestiones que ejecutaría. De contextura mediana, Jorge tenía una voz pausada con la amabilidad y descencia que dejó su paso por el seminario y la vida...