Piénsame







PIÉNSAME





Y las primeras notas de un bolero se escucharon. Desde una esquina de la pista, el desconocido buscó con la mirada sus ojos. No esperó ni un acorde más. Avanzó con paso acelerado. Se detuvo delante de una mujer, y le tendió la mano. Un momento de duda. Descruzó las piernas, al cabo, aceptó la invitación.

La pista estaba vacía. Él, la abrazó, con la sutileza dequien protege pero no presiona. La música hablaba:

Piensa en mí.

Y ella le pensó. Comenzaron a danzar. Él guiándola, ella dejándose llevar. Los cuerpos fundieron su calor en un espacio intermedio. Un halo, a modo de silencio, fue cobrando forma. Ligero, sutil como un segundo, pero libre como el vuelo de un ave que surcando los cielos cambia su aposento a su antojo y criterio.

Cerró lospárpados. Él la miró. No quiso hablarle, prefirió que sólo la melodía ocupara su ánimo. Escuchaban la letra igual que se escucha un ruego, palabra a palabra, sintiendo..., sintiendo.

cuando quieras quitarme la vida
no la quiero, para nada, para nada
la quiero sin ti.

Percibieron al unísono el perfume de un té negro aromatizado con limón. El que una noche solitaria, llena de angustia ytristeza, degustaron al amparo de las sombras, escondidos detrás de unos visillos. Nadie los vio. Se sintieron próximos, encubiertos por la nocturnidad, cómplices de un secreto pregonado al oído. A veces niños; otras fantasiosos juguetones que intentando hallar la salida en la laberinto del aburrimiento se encontraron, y no supieron si fue la casualidad o el destino, las encrucijadas o el caminorecto, el que los unió.

Allí estaban. Cogidos de la mano, sin sentir el calor de la piel, tan sólo el roce delicado de los sentimientos. Dos extraños, unidos, entrelazados por las cuerdas de la vida. Preguntándose si podía ser verdad, si mañana compartirían otro té o una plegaria. Conscientes de que nada hay y nada puede morir, que todo nace, que todo se construye, que la fuerza es el motor quelleva a la satisfacción aunque el trayecto pueda ser doloroso.

Mil claves para descifrar. Y sólo un criptógrafo para desglosarlas una a una. Capaz de ver en los posos del té la mirada de quien llora en silencio, o ríe para contagiar a otros su carcajada.

Piensa en mí.

El bolero seguía sonando. Mientras ellos bailaban a su son. Receptivos a todos los estímulos que sus sentidos podíanpercibir.

Destellaron los focos chispas añiles que tornaron violetas en la pista. Un círculo cerrado se hizo a sus pies. Y siguieron danzando, disfrutando de los colores que la luz, el humo, y el propio pensamiento les ofrendaban.

Se sintieron solos, aunque docenas de ojos estuvieran pendientes de su baile. Eran figuras de un teatrillo, sin dueño ni propietario, regentado por el espíritu deDoña Fantasía, ocupando un escenario vacío de decorado, desnudo de telones.

Allí, bailando. Sabiendo que el cariño es infinito cuando los silencios no duelen, cuando hablarse es la pócima mágica que aleja el dolor y atrae el canto, cuando a escondidas como malhechores se intercambian frases y miradas. Siempre ausentes, siempre cercanos.

Cuando quieras quitarme la vida.
No la quiero, para nada,para nada.
Para nada me sirve sin ti.

Repetía la canción.
Sus pies se deslizaban sobre el pavimento con soltura produciendo sonidos similares al crujir de la hojarasca que en otoño, en ese otoño que todos vivimos, cubre las aceras y las calzadas, se pisa, hasta se patea, porque es molesta para algunos, aunque para otros sea una alfombra natural, nacida de la primavera, desgastada y destruidapor el seco verano; y se torna escurridiza cuando la lluvia moja; pero también es cálida, cuando el sol la abrasa, y sabe de noche ser colchón para el vagabundo que quiere dormir entre sus brazos.

El silencio era el orador de aquella danza. Poco a poco, paso a paso, se acercaban, al tiempo, se distanciaban. Sus alientos se fundían. Algo nacía, y algo estaba muriendo. Sólo ellos sabían que...