Plano Costumbrista De Pamplona

Mª Pilar y Pepe se levantan a las siete y media de la mañana, como cada domingo. Mientras Mª Pilar hace la cama, friega los suelos y recoge la colada del día anterior, su esposo se dedica a retirarlas hojas secas que el viento arrastró hasta el jardín la noche anterior. Aunque resulte extraño que un hombre de 73 años ayude a su señora en las tareas del hogar, es algo a lo que Pepe estáacostumbrado desde que con 35 años, Mª Pilar tuvo que empezar a trabajar debido a que el sueldo de su marido no era suficiente para sacar adelante a sus cinco hijos.

Tras dejar todo hecho y haberse vestidocon la muda adecuada, salen con dirección al casco viejo de Pamplona, donde se reúnen como cada semana con “la cuadrilla de los domingos” con quienes pasan toda la mañana hasta la hora de la comida.Recorren todos los bares de la Plaza del Castillo y pasean por la Estafeta tomando un vino en cada una de las tabernas. Son cinco parejas de jubilados pero en las mañanas de domingo no hay lugar parael aburrimiento, son capaces de abordar toda clase de temas, aunque como todos los mayores, todos esos temas desembocan en dos, sus nietos y todas las enfermedades que poseen. De todos modos, asícomo Mª Pilar interviene en todas las conversaciones sin dejar ni una palabra por decir, Pepe no es partícipe a la hora de hablar de enfermedades, siempre se ha considerado muy joven a pesar del paso delos años; eso sí, es el primero en reconocer orgulloso lo bien que les va a sus nietos; como su propia esposa describe, “se pone poco hueco...” a la hora de hablar de los suyos.

Pero la rondamatinal no termina sin primero acudir a la taberna “El Marrano”; si algún día se entretienen más de lo habitual pueden saltarse todos los bares de la Estafeta, incluso pasar por el Iruña sin ni siquieraabrir la puerta, pero jamás fallarán al Marrano.
Al entrar, José Luis (dueño de la particular taberna) les saluda y ellos mismos se acercan a la misma mesa en la que se llevan sentando desde que...