Poemas 10°
No me hables esta noche; sólo ansío
que me beses y abraces con locura;
que se junte tu labio con el mío;
que mis brazos opriman tu cintura
y que cierres los ojos… tengo frío!HIMNO A LA AURORA
Celestial mariposa
de alas tenues y grandes
teñidas de oro y rosas:
tú, que en el amplio cielo,
tras del enorme boa de los Andes
alzas el blando y luminoso vuelo!
LEJOSDe cuando en cuando, un hálito de fuego,
llega hasta mí y el corazón me abrasa;
quema mi frente pensativa y pasa
como un aroma por mis labios, luego.
ASTRO DEL ALMA
En la ojera profunda,fría y amoratada,
que de mi muerta madre idolatrada
el ya rígido párpado circunda,
la postrimera lágrima estancada
vive y la yerta cavidad inunda.
EN EL CEMENTERIO
Cuando todos se alejaron dela blanca tumba aquélla,
donde sola, muda y fría
se quedaba ella…ella!...
La adorada muerta mía!
NANA
Su pupila, que embriaga y centellea,
deja en mi corazón como ígneo rastro,
no el fulgordiafanísimo del astro,
sino el fulgor siniestro de la tea.
XLII
Entre legajos de papel roídos,
de mi baúl en el revuelto fondo,
donde duermen mis versos, arrugados
por mis pálidos dedostemblorosos,
XL
Tanto á los muertos, hermosa,
he querido y he cantado,
que debo ser muy amado
por los que están en las fosas.
XLVII
Después de aquel amor grande y profundo,
ya la olvidé… ¡másay! que el bien perdido
me ama en silencio aún, aunque iracundo
su corazón se duele de mi olvido.
LI
Eras ayer tan pura…
como la blanca aurora
que entre cortinas de zafir fulgura
y níveasperlas en los prados llora.
LII
Por los morados círculos
de sus hondas ojeras,
resbalaron dos lagrimas…
las últimas dos gotas prisioneras.
LVII
En las tardes brumosas del invierno,
cuando elsol, taciturno, paso á paso,
va cayendo en las sombras del ocaso
como envuelto en las llamas de un infierno,
OSCULO TROPICAL
Y penetramos en el bosque, mudos,
en un cálido colmo de...
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